Elena Huerta, muralista que creó la obra más grande hecha por una mujer en México

A ti ciudadano.

En Saltillo, Coahuila, se encuentra uno de los murales más impresionantes del país, no solo por su tamaño, sino por la historia que lleva consigo. Lo pintó Elena Huerta, una artista que rompió esquemas en el mundo del arte mexicano y dejó su huella como la autora del mural más grande realizado por una mujer en México.

Elena Huerta nació en Saltillo, Coahuila, el 15 de julio de 1908, dentro de una familia de fuerte tradición política. Desde pequeña mostró talento para el dibujo, pero la muerte de su padre complicó su situación económica.

Para pagar sus estudios, trabajó desde joven como maestra de primaria y así pudo inscribirse en la Academia de Arte de Saltillo, donde fue alumna del pintor Rubén Herrera, quien marcaría profundamente su estilo.

Gracias a su determinación, Huerta se mudó a la Ciudad de México para estudiar en la Academia de San Carlos y, en paralelo, se conectó con las figuras clave del muralismo mexicano. Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Leopoldo Méndez formaron parte de su círculo cercano.

Junto a ellos, en 1933 fundó la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), y poco después también participó en la creación del Taller de Gráfica Popular (TGP).

Además de su labor artística, Elena Huerta dedicó gran parte de su vida a la enseñanza. Comenzó a dar clases en el TGP desde 1939, y más tarde dirigió galerías como la José Guadalupe Posada y la José Clemente Orozco.

A lo largo de su carrera, viajó a países como China, Cuba y la Unión Soviética, donde incluso vivió durante la Segunda Guerra Mundial en busca de tratamiento médico para sus problemas de salud. Regresó a México en 1948 y retomó su vida en el arte y la docencia, siempre fiel a sus ideales políticos y sociales.

Aunque Elena Huerta ya había dejado una huella profunda en el arte mexicano, su obra más reconocida llegó después de su jubilación. En 1973, cuando tenía 65 años, el presidente municipal de Saltillo la invitó a pintar un mural en el Palacio Municipal.

Ella aceptó el reto, y durante dos años se dedicó a plasmar la obra conocida como 400 años de Historia de Saltillo, en un gigantesco muro de 450 metros cuadrados.

Ese mural no solo se convirtió en el más grande realizado por una mujer en México, sino también en una de las últimas grandes obras que conservaron fielmente el estilo clásico del muralismo mexicano. Con trazos decididos, colores intensos y una narrativa profundamente social, Elena Huerta cerró con broche de oro una carrera marcada por la rebeldía, el compromiso político y la pasión por el arte.

La mayor parte de la obra de Elena Huerta permanece en Saltillo, donde también dejó murales en la Escuela Superior de Agricultura Antonio Narro, el Instituto de Ciencias y Artes y el Centro Cultural Vito Alessio Robles.

Tras su muerte en julio de 1997, en la Ciudad de México, su legado aún vive en esos muros y en el trabajo de las generaciones de artistas y estudiantes que se inspiraron con su obra.

Por Víctor Hugo Estala Banda.