Más sabe el diablo por viejo que por diablo

Dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo, pero en el caso de López Obrador no es así.

La cuestión que se define el día de hoy en el mundo que es la sobrevivencia económica y de salud, ha puesto en tela de juicio la capacidad de los gobernantes y la rapidez de respuesta ante situaciones adversas.

Y López Obrador no ha dado buenos resultados.

La crisis financiera y de salud que vivimos, es una crisis que viene de fuera, es totalmente ajena a las políticas implementadas por López, pero la respuesta ante esto sí le corresponde al presidente de la República Mexicana, el resolver las situaciones que vienen de fuera si debe de resolverlos.

Desde antes de la crisis López ya tenía un país en quiebra, y en vez de darle giro al timón, y nivelar el barco, lo que hizo fue meter más leña al fuego, generando incertidumbre con políticas fiscales absorbentes, incluso hubo analistas que tacharon esto como terrorismo fiscal.

Modificaciones como la incorporación de la defraudación fiscal al delito de crimen organizado, que, eso esta bien, el problema esta en que le da manos libres a los ministerios públicos para que ellos tengan acceso a la toma de decisiones en cuestión de la incautación de propiedades, cuentas bancarias, etc. incluso en casos donde exista “suma urgencia”, se podrá actuar sin necesidad de orden de juez.

En estos cambios a la ley fiscal agreguemos las declaraciones mensuales y la eliminación del anteriormente llamado subsidio al impuesto, cambio que le pegó muy duro en el bolsillo a decenas de miles de trabajadores que vieron reducido su salario por el incremento en el impuesto, incluso aquí en Chihuahua hubo manifestaciones de trabajadores ante tal situación, y las empresas resolvieron pagarles el extra que les estaban quitando.

La eliminación, prácticamente total, de las licitaciones, para obra pública, la incorporación del ejército en tareas de construcción, la consulta “pública” en construcción de infraestructura y también la consulta en aprobación en la instalación de empresas, como acaba de ocurrir en Mexicali con la cancelación de una empresa cervecera (esta cancelación le va a costar a los mexicanos más de mil millones de pesos en indemnizaciones).

Modificaciones a la ley energética, el “recate de PEMEX”, la construcción de la refinería Dos Bocas en Veracruz, cuando las otras refinerías trabajan a un 40% de su capacidad instalada.

La aprobación de la ley secundaria que permite a los diputados y senadores durar en el puesto hasta doce años, reeligiéndose sin necesidad de dejar el puesto mientras hacen campaña.

TODO esto hace que los inversionistas y empresarios mexicanos, ya no quieran generar negocios en México, y esto es lo que nos va a pegar duro cuando la crisis llegue su máximo nivel.

Los empresarios y sus trabajadores son los únicos que generan verdadera riqueza, las empresas micros, pequeñas y medianas, que son 100% mexicanas, son las que van a salvar a México de esta crisis.

Pero López, no ha hecho otra cosa que lastimar poco a poco a los empresarios y quitarles algunos beneficios que les permitían mantenerse a flote. Por lo que el gran daño que viene con la crisis, no va a poder minimizarse como quisiéramos.

Y cerrando el tema, con el cierre a algunas empresas que se acaba de “decretar” con motivo del coronavirus, se va a lastimar más el de por si ya mermado futuro de las pequeñas empresas mexicanas.

Y después de ver lo anterior, la única solución viable que se le ocurre a López, es prestar dinero a los empresarios. Dice que tiene $400 mil millones de pesos para tal efecto. Debemos recordar que esos $400 mil millones de pesos no son de López, son de los mexicanos y debe usarlos en beneficio de ellos, porque mejor, no exenta de pago de impuestos, como el ISR y el IVA, del pago de energía eléctrica, agua, impuesto sobre nómina, etc. e invita a los gobernadores y presidentes municipales a hacer lo propio con los impuestos y tarifas locales, porque no elimina los aranceles a la exportación.

Y, si no aun así no alcanza con ese dinero, pues reduzca los gastos federales para este año, reduzca los gastos en las cámaras de legisladores, federales y locales, posponga la obra de Santa Lucía y la refinería.

Y esto es únicamente durante uno o dos meses, mientras pasa el problema del coronavirus, y se debe hacer únicamente en beneficio de las empresas, micros y pequeñas, los grandes consorcios no deben de tener problema para salir adelante.

López debe proteger al empresario mexicano, debe proteger a las empresas y sus trabajadores, para que, durante este momento tan difícil para todos, puedan seguir pagando sueldos y salarios, se mantengan a flote y no cierren sus puertas. Ellos son parte sustancial de la economía mexicana, no hay que dejarlos morir.

López Obrador todavía tiene la oportunidad de resarcir el daño que viene de fuera, no hemos caído tan bajo todavía, pero debe dejar atrás su ambición personal y luchar por el beneficio de México, debe enfocar todo el esfuerzo de su gabinete y de los diputados en buscar este fin, y poder salvaguardar a la nación mexicana del caos que esta iniciando.