Biden y lópez

Soliloquio/José Luis Muñoz

    El aún hipotético triunfo de Biden no sólo pondría fin a la  época más demencial que se recuerde en la Casa Blanca. Por supuesto, de confirmarse traerá también cambios importantes en la relación de Estados Unidos con México.

    El más evidente es que terminaría una época en la que la institucionalidad fue desplazada por una química personal entre dos populistas, coincidentes en gobiernos de decisiones personalistas y caprichosas. Ese personalismo le permitió al "amigazo trom" usar a México de tapete y escupidera con la ignominiosa genuflexión de lópez.

    Aún faltan conteos, reconteos y resolver impugnaciones. Pueden llegar a la Suprema Corte, en la que trom tiene más simpatizantes que Biden.

    Por ejemplo, Wisconsin otorgado a Biden está impugnado por trom, donde solicitó recuento voto por voto. Y falta de contar en Pennsylvania -otorgado a trom- alrededor de un millón de votos enviados por correo. Nevada reiniciará el conteo hoy y Carolina del Norte tiene hasta el día 15 para concluir sus cuentas.  En fin, hoy tendremos datos preliminares, pero el final oficial se conocerá hasta el 15 de diciembre. 

    Ante las probabilidades disponibles, la gran pregunta es en qué se traducirá la posible nueva realidad en términos contantes y sonantes.

    No se requiere bola de cristal para visualizar cinco temas torales:

    Comercio, migración, medio ambiente, condiciones laborales y seguridad.

    Desde el primer bimestre de 2019, México se convirtió en el primer socio comercial de los Estados Unidos, desplazando a China y a Canadá. De ninguna manera puede decirse que el mérito sea del gobierno mexicano, que no hizo nada antes para lograr ni hace ahora algo sustancial para conservar la posición.

    Al contrario.

    Desde que entró en vigor el nuevo tratado el gobierno mexicano ha permanecido pasivo a medias, a la espera de que el acuerdo trinacional actúe inercialmente en beneficio de la economía nacional. A medias, porque lo que sí ha hecho es estropear con ahínco el factor confianza, determinante para el auspicio de las inversiones.

    En realidad el posicionamiento de México como primer socio comercial de la primera economía del planeta ha sido consecuencia de las reyertas de trom con China. Si México hubiera desplegado una política proactiva, creativa y puntual, concertada entre gobierno y sector privado, el beneficio hubiese sido sustancialmente mayor y en algunos sentidos irreversible. Pero el gobierno de lópez trabajó eficazmente también en impedir esa concertación interna.

    La guerra comercial de trom con China benefició de carambola a México, pero ni lópez ni su Secretaría de Economía tuvieron visión ni interés en tomar la oportunidad y ni siquiera desarrollaron un plan mínimo para capitalizar el conflicto. 

    No está en su ADN promover negocios.

    La llegada de Biden tenderá necesariamente a cambiar y, por lo menos, es previsible que abandone el tono de insolencia con China, como seguramente lo hará con todo el mundo. 

    El tiempo de campaña ha sido suficiente para identificar en el equipo de Biden un importante círculo de asesores de tendencia globalista, que seguramente buscará reconstruir la deteriorada relación entre los dos gigantes... y con el mundo.

    Evidentemente, México no se ha preparado para eso, como no se preparó para recibir los beneficios que llegaron de rebote.

    Al contrario. Hay sectores como el de la producción de alimentos, clave en el monto de las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos, que el gobierno de lópez ha decidido abandonar, cancelando  recursos destinados a facilitar seguros, incrementar la producción y desarrollar mejoras en la calidad, lo que generará ventajas a otros competidores lejanos, como Chile y la misma China.

    A cifras acumuladas de 2020 hasta agosto, México exportó a Estados Unidos mercancías por 337 mil 500 millones de dólares, Canadá 335 mil 300 y China 332 mil 200. Las diferencias son pequeñas y nos revelan el potencial de China, que bien puede desplazar a México en distintos rubros. 

    En la tercera Jornada de la Convención Nacional Demócrata celebrada el 19 de agosto, se destacaron dos temas de interés primordial para la hipotética administración  Biden-Harris: una Reforma Migratoria Integral y el Cambio Climático.

    La candidata a la vicepresidencia Kamala Harris ha sido muy clara e insistente en que el nuevo gobierno pondrá fin a la política migratoria aplicada por trom.

    No hay suficiente claridad sobre hacia dónde se dirigirá ni en qué consistirá la "reforma migratoria integral", pero lo que está claro es que la obsesión del muro posiblemente quedará como una pesadilla del pasado.

    Ya adelantó Kamala que acabará el programa Quédate en México, que obliga a 10 mil personas a permanecer en nuestro país hasta que Washington resuelva su petición de asilo. Ha dicho que Biden considera la migración como una fuente de fortaleza y que cuidará la frontera de manera "digna y humana".

    También sostuvo que se eliminarán los acuerdos de “tercer país seguro” firmados con El Salvador, Honduras y Guatemala, que obligan a esas naciones a detener las olas migratorias que se dirigen a EU a cambio de ayuda económica, pero no se sabe con qué serán sustituidas.

    No hay muchas pistas, pero claramente ya no será el muro humano pagado por México la piedra angular de la relación entre los dos presidentes y terminará la satanización de los migrantes como clave del discurso presidencial norteamericano.

    Tendrá lópez que agenciarse otra forma de servilismo.

    En lo que respecta al tema del medio ambiente ambos políticos, Biden y lópez, no pueden estar en mayor desacuerdo. Biden está plenamente encarrilado en la vía de las energías limpias y renovables, y se espera que uno de sus primeros actos de política internacional sea retomar el compromiso del Acuerdo de París sobre el calentamiento global, que repudió trom.

    En cambio, lópez ha asumido la línea más retrógrada, regresando a la quema de carbón, que ya ningún país civilizado practica y mucho menos fomenta. 

    Pero no sólo eso. El gobierno de lópez ha agraviado política y operativamente a las empresas extranjeras que han invertido en México en energías limpias, lastimando el espíritu del T-Mec. Puede usted apostar a que el nuevo inquilino de la Casa Blanca no estará feliz de respirar el humo del carbón y del combustóleo a unas cuantas millas de su frontera procedentes de la carbonífera coahuilense o de Cadereyta, Nuevo León. Tampoco las del infernal complejo de Tula. Sin duda se sentirá Biden con derecho universal de defender la aspiración a un mundo mejor y lo usará para sus intereses.

    El tema laboral no es poca cosa.

    Con la firma del T-Mec nuestro país asumió compromisos específicos sobre los salarios por hora que deben devengar los trabajadores que participen en la elaboración de ciertas partes en la cadena productiva. Si no se cumple, las piezas no pueden ser comercializadas en la región. Esto fue algo en lo que los demócratas insistieron particular y puntualmente, y lo consiguieron. 

    Pero además, la participación de Jesús Seade como representante de lópez, entonces presidente electo, en la mesa de negociaciones del T-Mec, dejó abierta la rendija para que Estados Unidos tenga agregados laborales en su embajada en México, cuyos límites de acción no están plenamente definidos. Hace meses se pretendió que actuaran como inspectores con libertad para supervisar directamente las plantas de producción y las políticas salariales de las empresas.

    Agregue usted lo concerniente a la libertad y la transparencia sindical, sobresalientemente en los sindicatos de Pemex y la CFE y todos los de la cadena automotriz.

    México se resistió a la supervisión "in situ" y no fue un tema  que le interesara a trom, por lo que quedó en tres y dos.

    Pero sería ingenuo pensar que a la administración Biden le será igualmente indiferente. Nancy Pelossi llevó el tema a nivel prioritario y fue una de sus condiciones para aprobar el tratado.

    De hecho, México ya acepta dos "agregados" laborales operando en la embajada norteamericana y los demócratas pedirán más.

    El quinto es un tema que trom sólo tocó marginalmente: la seguridad.

    ¿Cree usted que Biden y sus generales y asesores en materia de seguridad aceptarán la política de los abrazos a los cárteles de la delincuencia organizada?

    No es descartable que se convierta la seguridad en el rubro más conflictivo entre ambos países. 

    Durante la época trom-lópez, a la Casa Blanca pareció importarle poco, siempre y cuando México destinara miles de efectivos de la Guardia Nacional a soportar los deseos de trom en materia de muro.

    Pero eso al parecer ya terminó.

    Falta agregar la animosidad que los halcones en torno a Biden quieran cobrarle a lópez por su abierto e irresponsable apoyo a su amigazo, pero eso es tema de otra columna.

    A partir del 20 de enero la pesadilla trom quedaría atrás, pero el arribo a la nueva realidad de ninguna manera será un día de campo, pero sobre todo, obligará a lópez a abandonar su zona de confort en un mundo de fantasía entre desquiciados.

Tips al momento

Los pactos de Ulises Ruiz por 75 mdp 

Luego de 18 años y en pleno proceso electoral circula un video grabado en 2006 durante el gobierno de Ulises Ruiz en Oaxaca, en el cual aparece su secretario de gobierno, Jorge Franco pactando con "fajos de dinero" con Enrique Rueda entonces Secretario de la Sección XXII  del Sindicato de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)

Se aprecia en el video que circula en redes, como Jorge Franco secretario del gobierno de Oaxaca recibe a Enrique Rueda en una oficina portando una maleta. El funcionario estatal acomoda en la maleta de Rueda el dinero por 75 millones de pesos para pactar con el entonces gobernador Ulises Ruiz.

El material menciona, que esto sería parte del pacto para traicionar  al Movimiento Magisterial, un total de 75 millones de pesos, la pregunta es si de la misma manera ¿opera hoy Ulises Ruiz en Oaxaxa para la campaña de Xochitl Gálvez?

Ulises Ruiz es actual coordinador de la campaña de la candidata presidencial en Oaxaca.

 

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