Por muchos años el servicio público se ha caracterizado principalmente por ser un ente basto, mismo que por cuestiones de su propia naturaleza tiende a convertirse en un aparato burocrático con deficiencias que sesgan de manera importante su correcto funcionamiento. Era la ciudadana o el ciudadano el que tenía que encontrarse la forma de poder adentrarse a las profundas, gélidas y sobre todo desagradables oficinas gubernamentales para resolver un problema o generar una consulta que siempre imperan en la ciudadanía.
Es aquí donde le hago honor al título de este pensamiento, mismo que a lo largo de mi paso por la función pública viví y sobre todo aprendí qué es lo que realmente tiene un significado importante para mí.
Me gustaría dar reconocimiento a las y los servidores de la nación, probablemente han escuchado o no de ellos pero eso no demerita la labor tan importante que han venido haciendo por este país. Patriotas incansables que han recorrido cada rincón de México, cada pueblo, cada barrio, cada casa, es lo que realmente me impresiona cuando de la cuarta transformación estamos hablando, es por esto que dedico totalmente estos versos a aquellas personas que han venido cambiando de manera radical la vida de millones de mexicanas y mexicanos. La forma de hacer gobierno ha experimentado cambios agigantados, estos personajes de los que hablo van directa y totalmente con su pueblo, a ras de suelo recorren el territorio, recogen los sentimientos de la gente y los materializan con apoyos que se reflejan directamente en la vida de los que menos tienen.
Al honor de Morelos, los siervos de la nación luchan día con día por hacer realidad la transformación que tanto le urgía a esta nación, aquellos que no son reconocidos o aludidos por la sociedad son lo que han venido a ser precursores de bienestar y oportunidad a un pueblo tan carente y lastimado que ya no creía en los actores del antiguo régimen.
Los protagonistas de esta columna no pretender jugar a ser héroes, ellas y ellos se enfocan inclusive a ir más allá de lo que dicta su responsabilidad como servidores públicos. Generan opciones para la población más vulnerable, desde ayudar con la limpieza de una parcela hasta construir una vivienda digna para un par de adultos mayores con sus propias manos y que su único pago sea la sonrisa de una persona agradecida. ¿Dónde han visto o escuchado ustedes actos de tal naturaleza?
Las fotos y banalidades vienen sobrando para cuando de servidores de la nación se trata, no buscan ni buscaran protagonismos innecesarios para callar discursivas que nada le han abonado a esta sociedad, ellas y ellos se van agradecidos con el simple hecho de sembrar, regar y germinar una política característica de hacer las cosas por amor al prójimo, dejar la politiquería de lado y empezar a solidificar una base social que vea por el de al lado, por el desprotegido, por el amigo.
Es por eso y muchas cosas más el sentimiento de orgullo inherente en mi persona y que espero deberíamos sentir como pueblo de estos patriotas anónimos, estos de los cuales probablemente no conozcan sus nombres pero que sus acciones trascenderán más allá de etiquetas y egos viscerales, cuya grandeza es incomparable con aquellos funcionarios de oficina o escritorio, porque si bien dicen, cómo pretendes conocer a tu pueblo si nunca de su lado haz caminado.
Gracias patriotas