Cuidan niños curas señalados de abuso

AP

Estados Unidos (04 octubre 2019).- Casi mil 700 sacerdotes y otros miembros del clero sobre los que pesan señalamientos creíbles de abuso sexual infantil viven con poca o ninguna supervisión de las autoridades eclesiásticas o policiales, de acuerdo con una investigación.

Décadas después de que la primera oleada de estos escándalos azotara diversas diócesis en Estados Unidos, algunos de estos curas, diáconos, monjes y personas laicas trabajan ahora como maestros de matemáticas en secundarias o como consejeros de víctimas de pederastia.

Otros trabajan como cuidadores y voluntarios en organizaciones sin fines de lucro dirigidas a ayudar a menores en riesgo.

Viven cerca de parques infantiles y guarderías. Incluso adoptan y albergan a menores de edad.

En el tiempo desde que salieron de la Iglesia, decenas han cometido delitos, como agresión sexual y posesión de pornografía infantil, según un análisis.

Un reciente intento de las diócesis católicas en Estados Unidos para dar a conocer los nombres de los miembros del clero a quienes consideran que enfrentan acusaciones creíbles puso de relieve el problema desafiante de cómo vigilar y rastrear a los sacerdotes que en una situación casi habitual nunca fueron acusados penalmente y que en muchos casos simplemente fueron expulsados de la Iglesia o la dejaron para vivir ahora como ciudadanos comunes y corrientes.

Cada diócesis determina sus propios criterios para considerar si un sacerdote enfrenta acusaciones creíbles.

Las denuncias van desde conversaciones inapropiadas y abrazos indeseados hasta sodomía o violación.

A la fecha, las diócesis y las órdenes religiosas han compartido los nombres de más de 5 mil 100 miembros del clero con acusaciones creíbles, más de tres cuartas partes de ellos el año pasado.

De acuerdo con una revisión, de dos mil acusados, más de 160 continuaban trabajando con paga o como voluntarios en iglesias, entre ellas decenas de diócesis católicas en el extranjero.

Alrededor de 190 obtuvieron licencias profesionales para trabajar en educación, medicina, trabajo social y asesoría jurídica, entre ellos 76 que hasta agosto continuaban teniendo credenciales válidas en esos campos.

En la investigación también se encontraron casos en los que los sacerdotes volvieron a atacar víctimas.

Después de que Roger Sinclair fue expulsado en 2002 de la diócesis de Greensburg, en Pensilvania, porque presuntamente abusó de un adolescente décadas antes, terminó en Oregon.

En 2017, fue arrestado por acosar sexualmente a un joven discapacitado y ahora está en prisión por un delito que según el principal investigador en el caso de Oregon jamás se debió permitir que sucediera.

Al igual que Sinclair, la mayoría de quienes fueron incluidos en una lista de personas creíblemente acusadas jamás enfrentaron juicio penal por los presuntos abusos cometidos cuando pertenecieron a la Iglesia.

La falta de disponibilidad de antecedentes penales ha expuesto una enorme brecha gris que impide actuar a las juntas estatales de licencias y los servicios de verificación de antecedentes cuando los ex sacerdotes buscan un empleo nuevo, solicitan ser padres adoptivos y viven en comunidades que ignoran la presencia y el pasado de esas personas.

Según la investigación y análisis, más de 310 de los dos mil miembros del clero que enfrentan acusaciones creíbles cometieron los delitos cuando eran sacerdotes.

Cuando la primera gran oleada de abusos protagonizados por clérigos afectó las diócesis católicas a principios de la década del 2000, los obispos estadounidenses crearon la llamada Carta Dallas, que sería la base para atender denuncias de abuso sexual, y que incluiría capacitación y otros procedimientos a fin de impedir esa situación.

Sin embargo, la mayoría de las diócesis optó por no identificar a los sacerdotes implicados.

Y entre las diócesis que han dado a conocer las listas desde entonces, algunas sólo facilitaron los nombres, sin detalles de las denuncias por las que fueron incluidos, ni las fechas de las asignaciones o las parroquias a las que pertenecieron.

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