Uma Thurman cumple 50 años entre el cine y el streaming

En la corta lista de las actrices que navegan por el mundo del cine de acción, Uma Thurman tiene su propio rol histórico con los clásicos de Quentin Tarantino de "Kill Bill" y "Pulp Fiction". Y en una época donde se desvía del rubro para hacer reír con Robert DeNiro en ‘The War with Grandpa’, Uma aceptó el reto de recorrer su propio mundo, para compartir los mejores momentos de su carrera profesional.

¿En algún momento de tu vida imaginaste que ibas a llegar tan lejos como actriz? Yo soy de las que creen que en la niñez, somos muy fácil de influenciar y también creo en la teoría de poder lograr lo que uno imagina. Mi abuela falleció cuando yo tenía tres años y ella era actriz, la madre de mi padre. Yo crecí escuchando quien había sido ella, que amaba el teatro y supongo que fue una forma de plantar en mi mente que de alguna forma también era algo posible para mí. Pero también siempre me sentí mucho más cómoda en el ambiente del teatro que en cualquier otra parte. Tampoco estuve muy preparada hasta los nueve años, supongo que por cierta dislexia tampoco me sentía segura, pero en las clases de teatro, entre los actores, siempre me sentí cómoda.

¿Cuáles fueron los siguientes pasos que más te influenciaron después de enterarte que tu abuela era actriz? Mi madre me llevaba a veces al cine y siempre me gustó el lenguaje de la poesía con que me rodeaba. La dificultad que tenía para leer también ayudó.

¿Y como transformaste el deseo o la ilusión de ser actriz, en una realidad profesional? Me parece que a los 12 años yo le dije a mi madre que quería ser actriz. Fue bastante temprano. Tampoco sé como pude haber pensado que podía ser posible porque debe haber sido uno de los más grandes milagros de mi vida. Sin esa visión de algo posible en la vida, no se consigue nada.

¿Crees que la gente se permite tener esa misma visión que tuviste, al verte en el cine? Es muy difícil de afirmar. Supongo que en mi caso hubo varios puntos importantes que cambiaron mi vida. A los 15, por ejemplo, mis padres me dijeron que era muy independiente, me transfirieron de escuela, hice mi primera película que tuvo éxito y nunca dejé de trabajar.

¿Recuerdas las primeras clases de actuación? Sí, sí. Estudié con una profesora con un método muy específico que hoy no tomo en cuenta, pero en aquel entonces era muy buena práctica. Después tuve una profesora maravillosa llamada Cindy con quien trabajé por muchos años. Ella era graduada de Julliard, en Nueva York, donde se toman las clases más tradicionales de actuación del estilo británico. Y ella trabajó conmigo muchos años, me ayudó mucho.

¿Y más allá de tu carrera profesional, a nivel humano, hoy, en qué te consideras muy buena y... muy mala? Soy muy buena en la cocina, pero muy mala en encontrar lo que necesito comprar antes en el supermercado (Más risas).

Hay que verla personalmente para darse cuenta lo alta que es Uma Thurman con 1.80m de altura y los largos zapatos tamaño 11. Pero así es como también pisa tan fuerte en el fabuloso mundo de Hollywood y aunque muy pocos lo saben, Uma Thurman en realidad tiene sangre latina pues su madre, Nena Von Schlebrügge, nació en México, antes de mudarse a Nueva York, a los 17 años para trabajar como modelo para la agencia Ford. Por el lado del padre, Uma habia sido criada con las costumbres budistas, habiendo vivido incluso dos años con el padre, en el Himalaya. Al principio también siguió los pasos de la madre, porque trabajó como modelo desde los 15 años, hasta aparecer en la portada de la Revista Vogue, mucho antes de debutar en cine con el thriller ‘Kiss Daddy Goodnight’. Tampoco tardó demasiado tiempo en llamar la atención, cuando con Glenn Close y John Malkovich filmaron ‘Dangerous Liasons’, detrás del rol de la inocente joven seducida por un manipulador. En la filmación de “State of Grace!” conoció al primer esposo, Gary Oldman cuando ninguno era todavía famoso. El matrimonio apenas duró dos años.

En la época en que Uma había aparecido como Poison Ivy en la versión de ‘Batman y Robin’ de George Clooney, también filmó la futurística ‘Gattaca’ donde se enamoró del protagonista Ethan Hawke, para casarse oficialmente el 1 de Mayo de 1998. Juntos tuvieron dos hijos, Maya y Levon, antes de divorciarse oficialmente en agosto del 2005. Para ese entonces, ella ya había filmado con John Travolta el clásico de ‘Pulp Fiction', pero Quentin Tarantino esperó que naciera el hijo menor para filmar juntos ‘Kill Bill’. Es más: originalmente solo iban a filmar una sola película, pero con tanta espera por el embarazo, la inspiración de Quentin se duplicó y terminó escribiendo los dos guiones totalmente diferentes que estrenó después en cine. Fuera del mundo del espectáculo, ella también tuvo otro largo noviazgo con el francés Arpad Busson. Se comprometieron dos veces pero nunca llegaron a casarse. En Julio del 2012 tuvieron juntos una hija pero la relación terminó en un juicio por la custodia que Uma terminó ganando en el 2017, justo antes de firmar contrato con Netflix para el rol de Nancy Lefevre en la serie “Chambers”.

¿Te das cuenta que durante la pandemia hubo quienes te descubrieron en Netflix con la serie ‘Chambers’, aunque había salido el año anterior? ¡Si! Yo soy también la productora de la serie y siento que soy un poco la madrina.

¿Cómo se la recomendarías a quienes todavía no la vieron? Para empezar da miedo... (Risas) Es una serie de misterio, con mucha personalidad y bastante energía femenina, donde una adolescente sobrevive por un transplante de corazón y abarca todo el misterio alrededor de la persona que tenía su corazón, averiguando como fue que murió, a medida que empieza a adoptar las características de esa persona que había fallecido, pero vive con su corazón en ella.

¿Qué opinas de la guerra entre la television, el cine y los servicios de streaming como Netflix y Amazon? Cuando yo era jovencita miraba mucha televisión. Era todo lo que quería hacer. Me acuerdo que mi padre solía decirme lo caliente que dejaba el televisor por mirar tanto. Después paré de ver TV y recién en los últimos años encontré los maravillosos trabajos que hoy empujan tantos límites que nos llevan a ser adictos a ver series, sin parar.

¿Y profesionalmente, qué momento de tu carrera dirías que fue el episodio más importante? En realidad no sé si hubo alguna experiencia más importante que otra. Me encantaría darte una respuesta pero creo que mi carrera es una cadena de coincidencias mágicas, incluyendo las que salieron mal, porque probablemente me llevó a hacer algo bueno. Es la curva de aprendizaje que todos necesitamos. Y si tuviera que definir lo más importante de mi profesión te diría que es todo el camino recorrido, la ruta entera.

¿Y el hecho de haber trabajado con alguien como Quentin Tarantino en ‘Pulp Fiction’ y ‘Kill Bill’? ¿Qué tan diferentes fueron esas experiencias? Fue una experiencia fabulosa. Con ‘Pulp Fiction’, yo había leído el guion recién cuando estuvo completo y se filmó todo exactamente como había estado escrito. En cuanto a ‘Kill Bill’, con Quentin (Tarantino) ya nos conocíamos desde hace tiempo y fui la primera en leer los manuscritos. Él escribía en rojo y negro y me pasaba las hojas. Pero muchas de las cosas que escribió ni siquiera figuran en el cine. Yo solo opinaba con expresiones muy extrañas, sin decir nada, porque tampoco quería desalentar a un genio como Quentin Tarantino. Siento que fue una bendición trabajar con él.

¿La famosa escena del baile con John Travolta en ‘Pulp Fiction’ también fue una bendición? Bueno, tuve la suerte de haber trabajado con John Travolta dos veces en mi carrera. Y él es épico. Quentin (Tarantino) quería filmar el estilo de baile muy específico que incluso coreografió en el camerino. Yo tenía pánico de hacerlo porque no hay nada que me ponga mucho más insegura que algo así, pero apenas empezamos a bailar, no pude parar más (Risas).

Con información de Vanguardia