Seguir buscando y seguir creciendo

Últimamente he reflexionado mucho de esta nueva etapa de mi vida que estoy experimentando.

Acabo de cumplir 56 años (ya me faltan unos pocos añitos para tener mi tarjeta del INSEN), y me estoy adaptando y debo admitir, también disfrutando, el tan famoso nido vacío.

Y a pesar de que ya los años pesan un poquito, me siento plena, madura y muy segura de quien soy y del camino que quiero seguir. Hay una frase de Borges que dice “ Cualquier vida, por larga y complicada que sea, en realidad consiste en un solo momento: el momento en que un hombre sabe para siempre quién es”, ésta frase describe muy bien cómo me siento en estos momentos.

Todas las cosas que nos suceden a lo largo de la vida, incluyendo las tristezas, los fracasos, las humillaciones, las desgracias, todas son experiencias que nos van forjando, nos van moldeando y dando sentido a nuestra existencia.

Estoy descubriendo que mientras más grande me hago, mas hambre tengo por la vida y mas la valoro.

Hace unas noches soñé que me iba a morir y mi preocupación no era la muerte misma, sino ¡todas las cosas que me faltaban por hacer! Gracias a Dios fue solo un sueño, y es que  la vida se pasa en un instante, en un suspiro, así que yo no quisiera desperdiciar  ni un momento, porque, una vez que aceptamos que vamos a morir, tenemos que hacer una apuesta por vivir una vida que merezca la pena ser vivida y también contada.

Sé que todavía me quedan muchas  cosas por hacer, varios planes que diseñar, algunas metas que alcanzar y muchos, muchos sueños por cumplir. Me siento inquieta,  creo que necesito nuevamente redireccionar mi camino, escudriñar sin miedo mi interior y no desviarme del propósito que me trajo hasta donde estoy el día de hoy, el servicio, puesta la mirada en el otro que es mi propio reflejo, porque el egoísmo y la autosuficiencia son una tentación real y cotidiana.

Por lo pronto, seguiré disfrutando y agradeciendo cada momento, cada instante, cada sonrisa y cada lágrima. Aprovechando la belleza de este período de vida, tan menospreciado cuando no lo comprendes, pero tan rico y valioso cuando lo aprovechas en todos sus matices y colores.

Esta es sin duda, una de las mejores etapas de la vida, así que si tu estas como yo, anímate a vivir a plenitud tu soledad, tu madurez y las habilidades que has adquirido, porque “solo puedes reflexionar sobre el mundo, reflexionando sobre tus propias experiencias en él”

Velia Rojas Zambrano