La reciente suspensión de Octavio de la Torre como presidente de la CONCANACO SERVYTUR del CCE no solo ha sacudido a la cúpula empresarial, sino que también ha dejado al descubierto una de las mayores amenazas que enfrentan las instituciones en México: la personalización del poder. La contundente postura de la FECANACO SERVYTUR de Chihuahua es más que una declaración; es un acto de defensa institucional frente a lo que claramente se percibe como un intento de control autoritario y manejo discrecional.
Cuando una figura confunde liderazgo con propiedad, el daño trasciende lo personal. Se erosiona la legitimidad de las decisiones, se quebranta la unidad y, lo más grave, se pierde la confianza de los representados. Las cámaras empresariales no son feudos personales ni trincheras de poder político disfrazado; son órganos construidos sobre principios de pluralidad, consenso y servicio.
El mensaje de Chihuahua es claro y oportuno: no se permitirá que los intereses particulares secuestren una institución con más de un siglo de historia. Rechazar las decisiones unilaterales, denunciar los abusos de poder y exigir un regreso al respeto institucional no es un acto de rebeldía, sino de congruencia. Es el tipo de liderazgo que se necesita en tiempos donde la ética parece estar en disputa.
La reconstrucción de la CONCANACO no puede darse sin primero reconocer el daño causado. No basta con suspender al personaje en cuestión; es necesario repensar los mecanismos de control, representación y participación. Hoy, más que nunca, el empresariado necesita instituciones que representen a todos, no a unos cuantos.
Nuevamente, fue otra “mañanera” de la presidenta Claudia Sheinbaum, en contra del expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León y de su gobierno, como reacción a la crítica que le hiciera el exmandatario.
Además de responsabilizarlo de persecución sistemática, represión y masacres, en un video que pasó en su rueda de prensa matutina, la presidenta cuestionó, ¿por qué ponemos esto?, primero, lo dijimos el 2 de octubre del 2024, ¿quién fue el responsable de una represión ordenada?, pues el presidente de la República de entonces, señaló.
Esto es solamente para los jóvenes, de nuevo, conozcan el ambiente que se vivía en aquella época, ¿por qué lo ponemos?, porque el debate hoy es el autoritarismo.
Así lo quiso poner la oposición, dijo, para agregar, ¿es autoritario llamar al pueblo de México a votar por el Poder Judicial, ¿es autoritario que haya libertad de expresión?, que se puede decir lo que uno quiera, en cualquier medio, ¿ es autoritario que no se censure? y no estamos más que informando, de los distintos puntos de vista, dijo.
Así la presidenta, dicen, dando a conocer que hay libertad de expresión y que no hay censura, cuando su propuesta de la nueva Ley de Telecomunicaciones, que fue frenada por presiones y protestas, concede la facultad de bloquear plataformas digitales por parte de las autoridades. Así la postura pública de la presidencia de la República, mientras "en lo oscurito" se avanza, según se dice, en la censura.
El tan mencionado artículo 109 de su iniciativa de Ley, contempla conceder a la Agencia de Transformación Digital, la facultad de bloquear plataformas digitales, buscando su control, según dicen, así como imponer narrativas oficiales y silenciar las voces críticas.
Y si lo anterior se le agrega una reacción, como la que se ha visto de la presidenta, quien pretende utilizar toda la fuerza del Estado en contra de voces críticas, que le incomodan, como la de Ernesto Zedillo, a quien amenaza con varios procedimientos, incluso, a través de la Fiscalía General de la República, ya se puede imaginar el nivel de represión al que se puede llegar en la censura, según dicen.