
En medio de la tensión diplomática entre México y Estados Unidos por el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, el exgobernador de Chihuahua, Patricio Martínez, aclaró que México no tiene ninguna deuda de agua con la Unión Americana y señaló que el conflicto actual responde a una severa sequía que afecta a toda la cuenca del Río Bravo, tanto en territorio mexicano como estadounidense.
Durante una entrevista con el conductor Pepe Cárdenas de Grupo Radio Fórmula, Martínez explicó que alrededor del tratado se han generado mitos y desinformación, tanto en la Casa Blanca como en Palacio Nacional. Detalló que el acuerdo internacional no obliga a México a “pagar" agua ni representa una imposición de Estados Unidos, sino que establece la forma en que ambos países deben repartirse el agua que fluye en los ríos compartidos.
Recordó que el tratado distribuye el agua del Río Bravo bajo un criterio claro:
• El agua que fluye de ríos texanos es para Estados Unidos,
• El agua que fluye de ríos mexicanos es para México,
• Y México reconoce que un tercio del agua procedente de seis ríos mexicanos se contabiliza para Estados Unidos, sin que ello represente una deuda, sino una fórmula de reparto.
Martínez rechazó la afirmación del expresidente Donald Trump, quien recientemente sostuvo que México adeuda más de 200 millones de metros cúbicos a los agricultores texanos. Señaló que dicho señalamiento responde más a un mensaje político hacia el electorado de Texas que a un incumplimiento real del tratado.
“El agua no llegó porque no ha llovido”, afirmó, al señalar que el déficit se registra tanto en los ríos mexicanos como en los texanos y en el propio Río Colorado, donde las presas se encuentran en niveles históricamente bajos.
El exgobernador criticó la falta de pronunciamiento de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), encargada de administrar el tratado, y cuestionó por qué la presidenta no está recibiendo información técnica precisa para abordar la situación.
Martínez destacó que esta no es la primera crisis hídrica que enfrenta la región, aunque reconoció que la sequía actual es más severa y generalizada. Subrayó que los consumos de agua en Estados Unidos han aumentado exponencialmente desde 1944, especialmente en ciudades como Las Vegas, y que el régimen de lluvias es muy distinto al de hace ocho décadas.
El exmandatario afirmó que el tratado no debe modificarse —al ser producto de acuerdos posteriores a la guerra de 1848—, pero sí deben revisarse las variables con las que se aplica para adecuarlo a la nueva realidad climática y poblacional.
Finalmente, Martínez llamó a impulsar una gran inversión binacional para el uso eficiente del agua en la cuenca del Bravo, citando el ejemplo de Israel en el manejo hídrico.