
Cuidar el ordenador no debería sentirse como una tarea pesada, pero es verdad que, si lo dejamos olvidado durante meses, termina pasándonos factura. Archivos que ya no necesitas, programas que se abren solos, actualizaciones pendientes; al final todo se acumula. Y claro, llega un día en el que el equipo empieza a ir lento y pensamos que ya “está viejo”, cuando muchas veces solo necesita unos cuantos cuidados básicos.
Por eso te recomendamos esta guía: sencilla, directa y pensada para que puedas ponerla en práctica sin volverte un técnico. Nada complicado, solo pasos que realmente funcionan y que mantienen tu ordenador en buena forma todo el año.
Antes de meterte en configuraciones, lo mejor es hacer una limpieza normal. Vacía la papelera, borra archivos que ya no usas, revisa la carpeta de descargas (que suele ser un caos para todos) y acomoda tus documentos en carpetas más claras. Parece una tontería, pero el simple hecho de quitar lo que sobra hace que el ordenador respire. Y, de paso, tú también sientes que todo está más controlado.
Aunque mucha gente piensa que “a los Mac no les pasa nada”, la realidad es que cualquier dispositivo puede estar en riesgo si no lo cuidas. Y como hoy descargamos cosas por todos lados, es mejor blindarlo un poco. Si quieres algo que te proteja sin complicaciones, aquí tienes una opción confiable de antivirus gratis para mac que evade archivos maliciosos y amenazas que ni notas que están ahí. Es un paso rápido que te ahorra dolores de cabeza después.
Sabemos que a nadie le encanta ver la notificación de “hay una actualización disponible”, pero en serio, vale la pena hacerlas. No son únicamente cambios visuales o funciones nuevas; muchas incluyen parches de seguridad importantes. Actualizar tu sistema operativo y tus apps es como cerrar la puerta con llave por la noche: te da tranquilidad y logra que nadie entre sin permiso. Aparte, tener todo al día mejora el rendimiento general.
¿Te ha pasado que enciendes el ordenador y tarda años en estar listo? Muchas veces no es culpa del sistema, sino de todas las aplicaciones que se abren al inicio sin que tú lo pidas. Date un paseo por la configuración de arranque y desactiva lo que no necesitas que esté ahí. Con eso nada más, tu equipo arrancará muchísimo más rápido.
No nos referimos a abrir el ordenador y soplar los componentes (a menos que quieras, claro) sino a una limpieza interna digital. Vacía cachés, elimina apps que no usas desde hace meses, revisa plugins olvidados y desinstala extensiones del navegador que ya no tienen sentido. Todo eso libera espacio y recursos. Tu equipo funciona mejor y tú no tienes que pelear con lentitud innecesaria.
Guardar todo en carpetas desordenadas funciona hasta cierto punto hasta que un archivo desaparece y no sabes si está en el ordenador, en una memoria USB o perdido en un correo viejo. Tener una nube de confianza te salva de esos momentos. Asimismo, si sincronizas ciertas carpetas, mantienes siempre una copia de seguridad sin hacer nada extra. Y créenos, cuando un día tu ordenador necesita una restauración o algo falla, lo vas a agradecer muchísimo.
El navegador es prácticamente donde vivimos hoy: trabajo, compras, búsquedas, redes, todo. Por eso es común que acumule extensiones inútiles, pestañas eternas y cachés gigantes que lo vuelven lento. Tómate un minuto para revisar qué extensiones están activas realmente y cuáles instalaste por error. Borra cookies y limpia datos de navegación de vez en cuando. Es increíble cómo mejora la velocidad con unos pocos clics.
Los ordenadores, como nosotros, también necesitan espacio libre para funcionar con calma. Si tu disco está lleno, el sistema no tiene dónde mover archivos temporales y termina ralentizándose. Mantén al menos un 15–20% del disco vacío. Si eres de guardar muchas fotos, videos o proyectos pesados, considera usar un disco externo o subirlos a la nube para liberar el equipo.
Este es el consejo que todos sabemos que deberíamos seguir y aún así lo dejamos para después hasta que pasa algo. Una copia de seguridad protege tus archivos y te deja restaurar el sistema si algo se rompe o deja de funcionar. Y no necesitas hacerlo a diario: con una copia mensual estás más que cubierto.