Por Iris Banda
Columna | Ambiente y Sostenibilidad
irisbandavillanueva@gmail.com
Cada invierno los árboles de los parques y los estacionamientos de la ciudad de Chihuahua se cubren de aves negras, con bandas blancas en sus alas y un vibrante color amarillo que va desde su cabeza hasta su pecho. Se trata del tordo cabeza amarilla, cuyo nombre científico Xanthocephalus xanthocephalus hace precisamente alusión a esta característica distintiva de la especie. Esta ave fue descrita por un miembro de la realiza francesa en 1825, Charles Lucien Bonaparte II, quien fue el sobrino del famoso emperador francés Napoleón Bonaparte.
Estas aves están emparentadas con los tordos o vaqueros del ganado, pero a diferencia de ellos, los tordos cabeza amarilla no se encuentran durante todo el año en la región. Como muchas especies migratorias, los tordos cabeza amarilla pasan su ciclo de vida en diferentes lugares: durante la primavera habitan lagos o pantanos de agua dulce de los Estados Unidos donde se reproducen, pero cuando se avecina el invierno, los tordos inician su viaje a tierras más cálidas para refugiarse en el sur de Estados Unidos y norte-centro de México. Generalmente se pueden observar algunos grupos en la ciudad desde el otoño hasta finales del invierno.
A pesar de que en estado reproductivo los tordos prefieren cuerpos de agua para descansar, en el invierno se les ha visto preferencia por ocupar parques y estacionamientos arbolados dentro de las ciudades para descansar en las noches. En este sentido la Ciudad Deportiva es uno de sus lugares favoritos. Durante el día, los tordos salen a los campos agrícolas de los alrededores de la ciudad en busca de alimento, como insectos y semillas.
Los tordos son animales gregarios durante todo su ciclo de vida. Esta característica nos ofrece un admirable espectáculo por las tardes, ya que los tordos se organizan en grandes parvadas de hasta más de 100 individuos, formando nubes amorfas que navegan en el cielo hasta que eligen un lugar para pernoctar.
A pesar de que pueden hacer un gran alboroto en los parques, los tordos cabeza amarilla son animales inofensivos. Su presencia también juega un rol importante en el ecosistema puesto que fertilizan parques y campos agrícolas de manera natural, controlan insectos y dispersan semillas. Estos visitantes invernales estarán por un par de meses más en la ciudad, así que aprovecha para observarlos y admirar su vuelo en el cielo.
Iris Banda
Columna | Ambiente y Sostenibilidad
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