Mujeres: una voz silenciada

Según las cifras proporcionadas por el  Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 2,240 mujeres fueron asesinadas en México durante los primeros siete meses de 2020. Es decir, se registraron aproximadamente 10.5  muertes del sexo femenino por día.

Por otro lado. de acuerdo a datos proporcionados por diversas organizaciones, tales como Amnistía Internacional, Reporteros sin Fronteras y Artículo 19  se estima que en 2019  fueron asesinados 10 periodistas y 12  defensores de derechos humanos y ambientalistas, datos que colocan a México como uno de los países más peligrosos para desempeñar estas actividades.

Durante 2020, a pesar del confinamiento, se han perpetrado homicidios en contra de 6 periodistas  y 5 activistas (las cifras pueden variar según las consideraciones de cada organización).

Desafortunadamente, la gran mayoría de los casos quedan sin resolver y lo que es peor, el gobierno ha ido eliminando programas que ofrecían una garantía para las víctimas.

Como parte de las estrategias para ajustar el presupuesto y dar respuesta a la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, recientemente se decretó la extinción del  Fondo para la protección de personas defensoras de Derechos Humanos y periodistas, así como la reducción del 75% del presupuesto del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

¿Se imaginan el peligro de ser mujer y activista? o ¿Periodista y mujer?

En este ambiente de incertidumbre y hostilidad, la semana pasada recordamos dos historias que no solo se siguen contando, sino que se siguen escribiendo y que son un llamado a la población para no adormecernos en la lucha para alcanzar una sociedad justa.

El 16 de diciembre se cumplieron 10 años del asesinato de Marisela Escobedo, activista mexicana que se manifestó desde 2008 para exigir justicia por el feminicidio de su hija, Rubí Marisol Fraire Escobedo en ciudad Juárez, Chihuahua. Sin embargo, luego de que los jueces Catalina Ochoa, Rafael Boudib y Netzahualcóyotl Zúñiga absolvieron por unanimidad al asesino y pareja de su hija, Sergio Rafel Barraza; Marisela recorrió el país tratando de que las autoridades competentes aprehendieran al responsable de la muerte de Rubí, entrevistándose con asociaciones civiles e incluso realizando una investigación privada para encontrar al prófugo de la justicia. Tras declarar en la Fiscalía de Chihuahua, Marisela fue asesinada  frente a las instalaciones del Palacio de Gobierno, posiblemente por los Zetas, grupo criminal al cual pertenecía Barraza.

Mientras que el viernes pasado, la juez del Centro de Justicia Penal federal, Cristina Lozoya Gámez fijó como medida cautelar prisión preventiva a Hugo Amed Schultz, ex alcalde de Chínipas, por su presunta colaboración en el asesinato de Miroslava Brench, periodista que documentó las masacres y desplazamientos forzados de familias causadas por la banda delictiva “Los Salazar'' y que  denunció la participación del narcotráfico en la política de Chinipas. Se espera que en lo sucesivo otros funcionarios públicos como Alfredo Piñeira, ex vocero del PAN y José Luévano Rodríguez, director del Instituto Chihuahuense de Infraestructura Física Educativa también sean detenidos por su presunta participación en el caso.

Es apreciable que la madre de Rubí y la ex-corresponsal de La Jornada  tenian más en común que su sexo. Ellas se encargaron de llevarnos esa verdad que tanto incomoda a los que se conducen en la oscuridad y por lo tanto, sus familias han tenido que lidiar con aquello que las asesinó: la impunidad y la corrupción.

Ambas perdieron la vida frente a su familia. El asesino material de Miroslava Breach, Ramón Andrés Zavala y el autor intelectual del asesinato de Marisela Escobedo no fueron alcanzados por la justicia, fallecieron a causa de los grupos delictivos a los que pertenecían, sin pisar la cárcel.

Dicen que el silencio es cómplice, pero estas mujeres se encargaron de levantar su voz tan alto que luego de amenazas,  la muerte fue la única forma de callarlas.

Ambas confiaron en que  todo sería diferente, pero como dijo Juan Fraire en el documental: Las tres muertes de Marisela Escobedo “Cuando empiezas a exponer las fallas del gobierno y el sistema (…) tu  vida está en peligro”.

Hoy recordamos a Marisela y Miroslava como protagonistas de una lucha que debe continuar.