El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presentó este lunes los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020.
Uno de los principales datos que arroja dicho estudio es la cantidad de residentes que conforman el territorio mexicano, cifra que para esta entrega se ubicó en 126,014,024.
En cuanto a las características de esta población, el Instituto presidido por Julio Alfonso Santaella Castel detalló que la media de edad es de 29 años. En 2010 el promedio fue de 26 años, mientras que en el 2000 se ubicó en 22 años.
“A lo largo de 20 años la pirámide tenía relativamente una base ancha en el censo del 2000 y con el paso del tiempo, primero en el 2010 y ahora en el 2020, se está estrechando la base de la pirámide de la población. Lo que esto significa es que, como producto del envejecimiento que está ocurriendo en el país, ahora hay proporcionalmente menos personas jóvenes y más personas de edades mayores. Concretamente, en el año 2000 el 61% de la población tenía menos de 30 años y ahora este grupo de la población es de 50 por ciento”, explicó el titular del Instituto en conferencia de prensa.
Por su parte, la organización Data México comunicó lo siguiente: “Como producto del envejecimiento, hoy hay proporcionalmente menos jóvenes en . En 2000, 61% de población tenía menos de 30 años, hoy este grupo representa el 50%. Esto tiene implicaciones en las políticas de desarrollo económico, educación y salud”.
Aunado a esto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) prevé que del año 2000 al 2025 la esperanza de vida en América Latina y el Caribe aumentará a 80.7 años para las mujeres y 74.9 años para los hombres.
Dicho incremento se debe a distintos factores, entre los que destacan el descenso de las tasas de fecundidad y los excelentes resultados conseguidos en la reducción de las enfermedades mortales de la niñez, la mortalidad materna y la mortalidad en las personas mayores.
Cuál es el impacto económico y social de que disminuya la población joven de un país
De acuerdo con el Banco Mundial (BM), cuando la población de un país envejece se tienen que repensar las política públicas enfocadas en atender las necesidades de las personas.
Por otra parte, según lo explica la OPS en un artículo, en los países de bajos ingresos y los de ingresos medianos será particularmente difícil satisfacer las necesidades de una población grande de personas mayores.
Se le conoce como bono demográfico al periodo en la que la proporción de adultos en edad de trabajar aumenta en forma sensible, antes de descender. Esto sucede debido a que la caída en la fecundidad hace que, en una primera etapa, el número de niños disminuya más rápido de lo que aumenta el de adultos mayores.
Este momento, aseguran especialistas, debe ser aprovechado para aumentar el ahorro de la economía y reforzar la inversión, a fin de poder sortear el gasto que implicará el envejecimiento de los residentes de un país.
Son dos principales rubros que deben reforzarse en dicho periodo: un sistema educativo de calidad para formar trabajadores capacitados y competitivos (capital humano), así como la adquisición de equipos y nuevas tecnologías para que, aún con la población en declive, la producción continúe creciendo (capital físico).
Con información de Infobae