2022 se va a conocer, o esa es la previsión, como el año de los grandes cambios tecnológicos. A la economía digital, cada vez más asentada entre el público y los inversores, se unirán también los desarrollos que apuestan por la digitalización del día a día.
Y eso no pasa exclusivamente por la incorporación de la llamada IoT (Internet of things) en las rutinas y dispositivos más habituales, sino también en sectores que, tradicionalmente habían sido más reacios a dar el paso hacia la modernización al funcionar de forma casi autómata.
Se trata, por ejemplo, del sector del transporte. La automatización de ciertos parámetros para ayudar tanto a empresas como a conductores lleva tiempo instaurándose en las flotas, aunque en algunos casos no al ritmo más ágil que necesitaría el mercado.
Entre los retos para 2022, una de las prioridades del sector del transporte es actualizar la forma de actuar en carretera en el camino hacia las carreteras del futuro, hiperconectadas y que permitirán a los conductores disponer de información para tomar decisiones que les ayuden a mejorar la conducción y la experiencia en las vías.
Las posibilidades que ofrece el seguimiento GPS en tiempo real ha abierto una oportunidad única para que las empresas dispongan de información sobre su flota para poder coordinarse de una forma más eficiente.
Gracias a esta información que se emite desde la cabina de cada vehículo, se puede definir la ruta para evitar retenciones, zonas más peligrosas o, incluso para poder darle soporte en caso de necesidad por cualquier incidente en ruta.
"Gracias a soluciones tecnológicas como las que hay en el mercado y que cada vez ofrecemos a más proveedores de transporte, se están optimizando tiempo, recursos y, sobre todo, garantizando tanto a conductores como clientes unas condiciones de seguridad muy superiores a las que había. Conocer en tiempo real, por ejemplo, dónde se encuentra un vehículo o la ruta que sigue puede suponer una información de gran valor para calcular el tiempo de llegada, pero también para detectar cualquier problema por parada, retenciones o, incluso, por robo del vehículo" explican desde Samsara.
¿Cómo funcionan estas tecnologías?
Al incorporar la tecnología en los vehículos, desde las centrales de las empresas se puede detectar mucha información.
Desde el tiempo de conducción, la velocidad, paradas reglamentarias, los kilómetros que se llevan recorridos o incluso si, gracias a esta misma tecnología, han saltado avisos durante la ruta. ¿Qué tipo de avisos pueden darse? Desde alguna avería del vehículo, pasando por alguna alerta de la propia carretera en cuestión de accidentes o retenciones o, incluso, si el conductor ha superado en varias ocasiones la velocidad autorizada en la vía. Todos esos datos permiten modificar la estrategia, contactar con las flotas para variar algún parámetro y, sobre todo, garantizar la seguridad tanto de la carga como del propio trabajador.
Gracias a toda la información, las empresas tienen una serie de datos que, cruzados, permiten optimizar al máximo su trabajo. "Ha habido rutas muy mal calculadas por exceso o defecto de tiempo programado, por ejemplo. El que los conductores tuvieran que acelerar para cumplir objetivos ponía en riesgo no solo al trabajador, sino a la empresa y carga. Se trata de mejorar todo esto gracias a las herramientas disponibles" explican.