
El Secretario del Ayuntamiento Roberto Fuentes, aclaró que la votación que se dio a favor para iniciar con los procedimientos de contratación plurianual anticipada a cargo a los presupuestos de egresos de los ejercicios fiscales 2026 y 2027 para la ejecución de la obra denominada construcción de Gaza de incorporación del Bulevar Teófilo Borunda y Periférico de la Juventud, no se trata de otro préstamo adicional a los que ya se solicitaron por la cantidad de $570 millones y un adicional de $75 millones para la construcción de la Comandancia Oriente.
Indicó que en el tema de los puentes por cuestión del diseño y por cuestiones de seguridad del puente en mención y para no afectar el Río Chuviscar dio un costo mayor al que ya se había contemplado.
“Por eso es que parte de este saldo que quedó remanente y pendiente a cubrir se hará un cargo al presupuesto de los próximos años 2026-2027”.
Destacó que no es un endeudamiento, si no consideración del presupuesto municipal, y los créditos solicitados serán liquidados antes del término de la administración que encabeza el alcalde Marco Bonilla.

De cara al presupuesto 2026, el tema de las multas de tránsito vuelve a colocarse sobre la mesa, no sólo por las actualizaciones que se prevén en sus montos, sino por la evidente contradicción entre la severidad con que se sanciona al automovilista y la indiferencia con que se atienden las condiciones de las calles.
Mientras el reglamento de Vialidad detalla con precisión sanciones que van desde los 700 hasta casi 5 mil pesos por infracciones como estacionarse en doble fila, no portar llanta de refacción o circular con luces apagadas, los baches, el pavimento levantado y las vialidades sin señalización continúan siendo el verdadero castigo para el ciudadano.
Cada bache representa un daño potencial al vehículo, y sin embargo, no hay mecanismo alguno para que el automovilista recupere el costo de una llanta, un rin o una suspensión dañada por la omisión gubernamental. Las autoridades exigen cumplimiento absoluto al reglamento, pero no ofrecen el mismo rigor cuando se trata de mantener en condiciones adecuadas la infraestructura vial.

De cara al presupuesto 2026, el tema de las multas de tránsito vuelve a colocarse sobre la mesa, no sólo por las actualizaciones que se prevén en sus montos, sino por la evidente contradicción entre la severidad con que se sanciona al automovilista y la indiferencia con que se atienden las condiciones de las calles.
Mientras el reglamento de Vialidad detalla con precisión sanciones que van desde los 700 hasta casi 5 mil pesos por infracciones como estacionarse en doble fila, no portar llanta de refacción o circular con luces apagadas, los baches, el pavimento levantado y las vialidades sin señalización continúan siendo el verdadero castigo para el ciudadano.
Cada bache representa un daño potencial al vehículo, y sin embargo, no hay mecanismo alguno para que el automovilista recupere el costo de una llanta, un rin o una suspensión dañada por la omisión gubernamental. Las autoridades exigen cumplimiento absoluto al reglamento, pero no ofrecen el mismo rigor cuando se trata de mantener en condiciones adecuadas la infraestructura vial.
