Que la presidenta de México se diera cita a la Cumbre del G7 genera sin duda, una buena imagen en la arena internacional, hecho que reconozco de la mandataria y que la distingue de su antecesor.
La presencia de México, ante la comunidad internacional siempre abonará en proyectos, inversiones, fortalecimiento de lazos políticos, sociales y culturales. De esta visita, se habían generado altas expectativas, en específico la reunión en privado que tendría la presidenta Sheinbaum con el presidente Donald Trump.
No obstante, de un comunicado oficial de la Casa Blanca se informó que el presidente abandonaría la Cumbre por la situación que se vive en Medio Oriente, tema que les hablaré en el siguiente artículo
Este sería el primer encuentro de los jefes de estado. Se esperaba abordar los serios problemas que aquejan a millones de mexicanos y mexicanas: las redadas migratorias, la imposición de aranceles, el cierre temporal de la frontera debido a la presencia del gusano barrenador, así como una renegociación del T-MEC.
¿Se podría haber llegar alguna negociación?, la actitud que ha tenido el presidente de los Estados Unidos con otros jefes de Estado, como lo fue con Zelensky, ha dejado más que claro la manera unilateral en que dirige la política de la principal potencia del mundo.
Millones de mexicanos viven en la incertidumbre de ser deportados, miles de productores ganaderos están “con la soga en el cuello”, el comercio internacional pasa por la mayor perplejidad, sin embargo, no percibo un ánimo de cambiar una postura política e ideológica que le funciona muy bien al presidente Trump y que prácticamente lo llevó a la silla.
Como lo dije al comienzo de estas líneas, siempre aplaudiré la búsqueda y construcción de acuerdos a través del diálogo y de la negociación, creo necesario un encuentro entre Sheinbaum y Trump, no obstante, percibo complicado que se logren acuerdos, espero estar equivocada.
Jahzziel Aguirre