
AP.- El gobierno del presidente Donald Trump evalúa qué hacer con los suministros de planificación familiar almacenados en Europa que activistas y dos senadoras de Estados Unidos luchan por salvar de la destrucción.
Las preocupaciones de que su administración planee incinerar el material han enfurecido a los defensores de estos métodos anticonceptivos, en ambos lados del Atlántico.
Los activistas aseguran que los suministros almacenados en Geel, Bélgica, en una bodega financiada por el país estadounidense, incluyen píldoras, implantes subdérmicos y DIU que podrían evitar que las mujeres en zonas de guerra y en otros lugares enfrenten la dificultad de embarazos no deseados.
El portavoz adjunto del Departamento de Estado de Estados Unidos, Tommy Pigott, dijo el jueves en respuesta a una pregunta sobre los anticonceptivos que “seguimos en el proceso de determinar el camino a seguir”. “Cuando tengamos una actualización, la proporcionaremos”, expresó.
Bélgica dice que habló con diplomáticos estadounidenses sobre la posibilidad de salvar los suministros, posiblemente trasladándolos fuera del almacén.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, Florinda Baleci, dijo a The Associated Press (AP) que no podía comentar más “para evitar influir en el resultado de las discusiones”.
El desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, (USAID) que gestionaba programas de ayuda exterior, hizo que el destino de los mismos fuera incierto.
Pigott no detalló los tipos de anticonceptivos que componen la reserva.
Pero sí declaró que algunos de ellos, adquiridos por la administración anterior, podrían ser “potencialmente” medicamentos diseñados para inducir abortos.
El funcionario no explicó cómo ese hecho podría influir en el pensamiento del gobierno de Trump sobre cómo manejar los medicamentos o toda la reserva.
Con un costo de más de nueve millones de dólares y financiados por los contribuyentes estadounidenses, los suministros de planificación familiar estaban destinados a mujeres en zonas de guerra, campos de refugiados y otros lugares vulnerables, según una carta de protesta bipartidista enviada al secretario de Estado, Marco Rubio, por la senadora demócrata de Nueva Hampshire, Jeanne Shaheen, y su homóloga republicana de Alaska, Lisa Murkowski.
Ambas dijeron que destruir el almacén “sería un desperdicio del dinero de los contribuyentes estadounidenses, así como una abdicación del liderazgo global del país en la prevención de embarazos no deseados, abortos inseguros y muertes maternas, objetivos clave de la asistencia exterior de Estados Unidos”.
Las preocupaciones expresadas por activistas y legisladores europeos sobre que los suministros pudieran ser transportados a Francia para su incineración han generado una creciente presión sobre los funcionarios gubernamentales para intervenir y salvarlos.
El brazo ejecutivo de la Unión Europea (UE), a través del portavoz Guillaume Mercier, dijo el viernes que “seguimos vigilando la situación de cerca para explorar las soluciones más efectivas”.
La rama de "MSI Reproductive Choices" dijo que ofreció comprar, reempaquetar y distribuir la reserva asumiendo los costos, pero “estos esfuerzos fueron rechazados repetidamente”.
El grupo de ayuda Médicos Sin Fronteras dijo que la incineración sería “un acto intencionalmente imprudente y dañino contra mujeres y niñas en todas partes”.
Con información de Latinus