
La política partidista es el arte de generar estrategias o formulas ganadoras, bien estructuradas y que posean la habilidad de aplicarlas pese a lo que todo mundo opine. A Adolfo Hitler lo tildaron de loco y logró un poder absoluto, igual pasó con Fidel Castro e incluso a Donald Trump, todos estos y muchos más lograron a base de terquedad posicionarse y gobernar, bien o mal, pero gobernar al fin.
Esto a colación tras estos chismorreos entorno a una posible candidatura ciudadana, en la cual puristas que viven del pasado y de la pasión de la llamada generación de los “químicamente puros” del PAN sostienen sus viejos ideales y no acaban de entender de qué instituto está entrando en una nueva etapa, que está agonizando y peligrosamente enfilando a su desaparición. Algunos aseguran que es mejor perder solos, que ganar con gente de afuera.
Otros insisten en que se debe de ser militante de toda la vida y reniegan de los aspirantes, señalando o criticando y los menos aseguran que cuando el PAN representaba a la ciudadanía surgieron figuras como Gómez Morin, Luis H Álvarez o Pancho Barrio, olvidándose de la situación actual que el país vive y a todas luces viviendo de bellos momentos, pero al fin recuerdos de un pasado de luchas y victorias por demás lejanos. Se les olvida que Panistas, Priístas y de todos los colores acostumbrados a mamar de papá gobierno han cambiado sus ideales para integrarse a Morena y en estos cambios de “ideología” van pintos como colorados.
A Acción Nacional y al PRI que ya vive su propia agonía les toca generar estrategias acordes a la realidad de la entidad y la única realidad es que la sombra de Morena se apodera de la entidad es ya una realidad, que avanza día a día y ningún partido político a no ser que traigan al Chapulín Colorado como candidato y que este personaje demuestre su militancia al PAN de toda la vida, se pudiese librar una batalla.
Si analizamos a situación actual, existen miles de priístas dejados a la deriva por sus actuales dirigentes, los cuales convirtieron al partido en uno exclusivo y dejaron en la orfandad que continúan siendo priístas huérfanos, que como parias simplemente se han alejado de la grilla partidista, que con las manos en la cintura votarían por quien fuese, menos por Morena. O hablamos de alianzas ya que la realidad en el PRI es buscar esa unión para tan solo lograr la continuidad conservando su registro, con eso se dan por bien servidos.
Otra cosa es analizar este rollo de las candidaturas ciudadanas, que en sí no es sinónimo de alianzas, sino de integrar a su partido, ojo a su partido a contender por Acción Nacional, así de simple, así de sencillo sin caer en pensamientos de pulcritud en su militancia que se traduzca en votos. Recordando que hace 20 años se decía que en el PAN los jóvenes se hacían líderes y en el PRI los jóvenes se hacían viejos. Paradójicamente esta frase aplica ya para ambos órganos, ya están igual y ambos continúan haciendo políticas con los mismos perfiles de hace 20 años…Así las Cosas.
Por Federico Guevara Ramos.