
La Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) llevó a cabo una ceremonia fúnebre en memoria de Gerardo Rubio Gallegos, quien formaba parte del equipo de trabajo del Centro de Reinserción Social Estatal No. 4, en Hidalgo del Parral.
El acto se realizó en las instalaciones del centro penitenciario, donde compañeros, mandos y familiares se reunieron para rendir homenaje a su trayectoria y entrega al servicio público.
Durante la ceremonia se llevaron a cabo los honores de ordenanza, que incluyeron guardias de honor, el solemne último pase de lista, disparos de salva y el toque de sirenas, como muestra de respeto y reconocimiento a su labor.
El general de División D.E.M. Ricardo Fernández Acosta, subsecretario del Sistema Penitenciario, Prevención y Reinserción Social, en representación del secretario de Seguridad Pública del Estado, Gilberto Loya, entregó un reconocimiento a los familiares de Rubio Gallegos, en señal de agradecimiento por los años de servicio y compromiso demostrados durante su carrera.
La Secretaría de Seguridad Pública del Estado expresa sus condolencias a familiares, amigos y compañeros, y reconoce la vocación, disciplina y lealtad que Gerardo Rubio Gallegos mantuvo hasta su último día de servicio.

De cara al presupuesto 2026, el tema de las multas de tránsito vuelve a colocarse sobre la mesa, no sólo por las actualizaciones que se prevén en sus montos, sino por la evidente contradicción entre la severidad con que se sanciona al automovilista y la indiferencia con que se atienden las condiciones de las calles.
Mientras el reglamento de Vialidad detalla con precisión sanciones que van desde los 700 hasta casi 5 mil pesos por infracciones como estacionarse en doble fila, no portar llanta de refacción o circular con luces apagadas, los baches, el pavimento levantado y las vialidades sin señalización continúan siendo el verdadero castigo para el ciudadano.
Cada bache representa un daño potencial al vehículo, y sin embargo, no hay mecanismo alguno para que el automovilista recupere el costo de una llanta, un rin o una suspensión dañada por la omisión gubernamental. Las autoridades exigen cumplimiento absoluto al reglamento, pero no ofrecen el mismo rigor cuando se trata de mantener en condiciones adecuadas la infraestructura vial.

De cara al presupuesto 2026, el tema de las multas de tránsito vuelve a colocarse sobre la mesa, no sólo por las actualizaciones que se prevén en sus montos, sino por la evidente contradicción entre la severidad con que se sanciona al automovilista y la indiferencia con que se atienden las condiciones de las calles.
Mientras el reglamento de Vialidad detalla con precisión sanciones que van desde los 700 hasta casi 5 mil pesos por infracciones como estacionarse en doble fila, no portar llanta de refacción o circular con luces apagadas, los baches, el pavimento levantado y las vialidades sin señalización continúan siendo el verdadero castigo para el ciudadano.
Cada bache representa un daño potencial al vehículo, y sin embargo, no hay mecanismo alguno para que el automovilista recupere el costo de una llanta, un rin o una suspensión dañada por la omisión gubernamental. Las autoridades exigen cumplimiento absoluto al reglamento, pero no ofrecen el mismo rigor cuando se trata de mantener en condiciones adecuadas la infraestructura vial.
