Derivado del ataque en Guachochi, donde varias personas perdieron la vida, la Diócesis Tarahumara compartió un manifiesto en donde piden, entre otras cosas, el poner orden en la comunidad.
El documento menciona lo siguiente:
La Diócesis de Tarahumara, por medio de su Obispo, presbiterio, vida consagrada y agentes de pastoral, expresa su profundo dolor y enérgico repudio ante los recientes hechos de violencia ocurridos en el municipio de Guachochi, donde varias personas perdieron la vida de manera injusta.
Como Iglesia que acompaña de cerca el caminar de los pueblos de la Sierra Tarahumara, manifestamos nuestra solidaridad y cercanía con las familias de las víctimas y con toda la comunidad, profundamente herida por estos acontecimientos que atentan contra ladignidad humana y la convivencia pacífica.
Reiteramos que ninguna causa, interés o grupo armado puede justificar la agresión, el asesinato o la siembra del miedo entre la población. Cada vida humana es sagrada, y su pérdida nos interpela como sociedad y como nación.
Hacemos un llamado urgente:
* A las autoridades de los tres niveles de gobierno, para que se restablezca el orden, la seguridad y la justicia en el municipio y en toda la región serrana, mediante
acciones efectivas y sostenidas, no sólo reactivas o temporales.
* A las instituciones de procuración y administración de justicia, para que se investiguen los hechos y se evite la impunidad que tanto daña la confianza ciudadana.
* A quienes integran los grupos generadores de violencia, para que escuchen el llamado de Dios a la conversión, dejen las armas y reconozcan el valor sagrado de la vida.
* A las comunidades y organizaciones civiles, para que mantengamos viva la esperanza, promoviendo juntos una cultura de paz, de respeto y de reconciliación.
Desde nuestra fe en Cristo, Rey de la Paz y Señor de la Vida, reiteramos nuestro compromiso de seguir presentes en medio del pueblo, acompañando a las familias,
fortaleciendo la vida comunitaria y animando toda iniciativa orientada al bien común.
Invocamos la intercesión de Santa María de Guadalupe, Madre de la Tarahumara y Reina de la Paz, para que esta tierra bendita supere la violencia y recobre la alegría de vivir en fraternidad.
Atentamente:
Diócesis de Tarahumara
Mons. Juan Manuel González Sandoval, M.N.M. Obispo de Tarahumara
En comunión con: El presbiterio diocesano, las comunidades religiosas, los diáconos permanentes, los agentes de pastoral y el pueblo creyente de la Sierra Tarahumara.