
En un hecho sin precedentes en la sesión del día de ayer martes 18 de noviembre el H. Congreso del Estado de Chihuahua vivió la iracunda visita de una supuesta organización de campesinos independientes denominada “Agricultores Unidos de Chihuahua A.C.”
Luego de una larga marcha de la región centro sur de la entidad, llegaron enardecidos al recinto legislativo exigiendo dos cosas: 1. Audiencia con legisladores federales de todos los partidos políticos; 2. Que el Congreso Local ayudará a “bajar” la reforma a la Ley Nacional de Aguas porque, supuestamente, será el tiro de gracia para el campo chihuahuense.
Ante esta espontanea visita, a través de una moción se determinó dar un receso a los trabajados legislativos para escuchar a los ciudadanos independientes y apartidistas, algo a primera vista plausible ya que, al ser la casa del pueblo, se debería atender los reclamos de la población sin dilación.
Quien suscribe no cabía en su asombro al llegar a la sala donde se llevaría el encuentro y observar la totalidad de los diputados y diputadas del PRI, PAN y MC siendo un activo más de la protesta. Las cosas no olían bien. De la noche a la mañana, los grupos parlamentarios más cerrados en escuchar las causas populares determinan, de la nada, parar en seco una sesión y abrir una mesa de dialogo. En ese primer momento únicamente me limité a pensar en que se trataba de otro de los milagros de la cuarta transformación.
Sin embargo, al escuchar detalladamente a Alexa Jiménez (nombre que dio a los medios de comunicación) en sus declaraciones e intervenciones. Su postura intransigente para no aceptar mesas de análisis y su personalidad citadina (por decirlo de algún modo) la hacía parecer un cuadro político más que una campesina.
La sesión se alargó en el debate, el grupo parlamentario de morena le recriminó al PAN no usar los canales legislativos adecuados, además exhibió sendos videos de un par de diputados de acción nacional, quienes meses atrás solicitaban legislar justo la propuesta del Gobierno Federal en materia hídrica.
El PAN se limitaba a solicitar que dejaran en paz al campo chihuahuense, con sendas interrupciones de la susodicha Alexa Jiménez a las participaciones de morena, quien no dejaba de exigir, a gritos que se bajará la iniciativa. odo eso me hizo reflexionar, la fluidez de su lenguaje, su notable experiencia en debates parlamentarios, la situación indicaba que se trataba de una persona profesional de la vida política estatal.
Cual mi sorpresa, al llegar a casa para verificar la información resulta y resalta que la señorita es militante activa y regidora de acción nacional en el municipio de Delicias.
“Éramos pocos, y parió la abuela”, cuando se menciona que el panismo esta moralmente derrotado nos referimos a este tipo de cosas. ¡TODO!, absolutamente todo lo sucedido el día de ayer en el congreso fue un montaje mal realizado por parte de acción nacional para continuar su campaña de polarización de la sociedad chihuahuense.
Al panismo local no le importa un carajo el derecho humano al agua, mucho menos los campesinos y agricultores, la dirección estatal del pan únicamente busca posicionar el tema de cara a unas elecciones donde saben perfectamente que serán derrotados.
Tonto es quien piensa que el pueblo es tonto. Podrán seguir intentando engañar a la población, pero las cosas ya no son como antes. Por esa razón la coordinación eficaz y efectiva entre el PRIAN y los manifestantes, se trataba simplemente de un acto desesperado de un partido político disfrazado de ciudadanía.
A pesar de ello, las y los legisladores de morena acudieron de buena fe al intento de encerrona que tanto el PRI, el PAN y MC intentaron fabricar. Quisieron buscar un error moreno, una declaración desafortunada o un desaire. Buscaron provocar para tener una nota que les permitiera subir en las encuestas.
Sin embargo, encontraron apertura al dialogo, propuestas para analizar en conjunto la iniciativa de reforma, en fin, les salió el tiro por la culata.
Moraleja, para la próxima, procuren usar personas que no ostenten cargos públicos, por lo menos. Y es que, claro que se puede ser regidora, militante, defensora de productores y acaparadores de agua. Lo que no se vale es intentar engañar a la población. Mucho menos querer imponer una agenda política fabricando movimientos sociales.
Lo sucedido a nivel nacional con la supuesta marcha de la Generación Z se repitió de forma burda y torpe en las instalaciones del Congreso de Chihuahua. Ante la incapacidad de tener arraigo en la ciudadanía se fabrican colectivos y organizaciones. Se usurpan banderas y movimientos para polarizar. Se inyectan recursos para apostar a romper el tejido social. Se trata nada mas y nada menos de una forma de hacer política sucia.
Desgraciadamente es para lo que le alcanza a la oposición.