Agua, poder y silencios incómodos

El ateneo
José Andrés Hernández Contreras
Instagram: @joseherdez_

Hay momentos en la vida pública en los que las formas ya no alcanzan para ocultar el fondo. Desde el inicio de este gobierno de cuarta, la comunicación entre las autoridades y la ciudadanía ha sido un territorio lleno de tropiezos: mensajes que intentan transmitir orden mientras los hechos gritan otra cosa. Nuestra presidenta aparece cada mañana esforzándose por sostener un relato de estabilidad, pero el país insiste en contar otra historia, más cruda y más compleja.

Las últimas semanas han sido un recordatorio de esa fractura. Tensiones en el campo (una ley de aguas fast-track), episodios de violencia que se acumulan (coches bomba en Michoacán) y un ambiente nacional que huele a desgaste. Todo se va conectando: una crisis detona otra, y cada decisión abre un nuevo frente; la llegada de Ernestina Godoy a la Fiscalía General de la República llegó pegándole a la mesa y cacaraceando a Cesar Duarte, ex gobernador de Chihuahua, como un preso político que por fin estará tras las rejas. En ese escenario cargado, el tema del agua vuelve a convertirse en epicentro político.

La aprobación exprés de la Ley de Aguas Nacionales dejó claro que, cuando se trata de un recurso estratégico, prevalece la prisa sobre la claridad. Los debates intensos en el Congreso, las maromas del diputado Monreal, las dudas ciudadanas y las sospechas razonables sobre quién gana y quién pierde con la nueva regulación dejaron una estela de desconfianza. En política, las dudas no se borran con discursos; se resuelven con hechos.

Y en este mar de señales contradictorias, reaparece un nombre que no pasa desapercibido: Alex Le Barón González. Desde la conferencia matutina, la presidenta sugirió presuntas irregularidades en la entrega de concesiones durante su etapa en CONAGUA. No es menor: cuando el propio gobierno señala posibles abusos en uno de los sectores más sensibles del país, inevitablemente coloca la lupa —y la presión pública— sobre una red de intereses que llevaba años tejiéndose en silencio. Si la idea es comenzar a dar golpes de autoridad y llegar con mano firme a la posición de la FGR, lo pertinente es investigar a todas y todos por igual, sin distinción de colores partidistas.

Si el gobierno es coherente con su discurso de justicia, este caso no debería quedarse en un pronunciamiento matutino. Podría, y debería, abrir la puerta a un proceso más profundo: una revisión seria y sin excepciones del huachicol del agua, del posible cártel del agua que opera desde hace décadas en distintas regiones del país, sobre todo en Chihuahua. Porque si de verdad se quiere combatir la corrupción, este es un terreno donde las complicidades han sido históricas y donde el silencio ha sido, muchas veces, un acuerdo no dicho. Desahogar las investigaciones necesarias para poder desmantelar toda una red de corrupción en cuanto al tema del agua puede resultar en afectaciones a políticos y políticas actuales que exigen que todos tengan la cola corta. Es decir, caiga quien caiga, resulte implicado quien resulte implicado.

Los recientes cambios en el gabinete pueden ser una oportunidad o una simulación. La diferencia estará en si las investigaciones se conducen con rigor o si se utilizan como herramienta para oxigenar políticamente al gobierno sin tocar a quienes realmente operan las estructuras del desorden hídrico. ¿Es delito solo si es de los contrarios?

El país necesita que alguien rompa ese círculo. No discursos, no acusaciones al aire: investigaciones completas, responsables identificados y una limpieza institucional que vaya más allá de los apellidos que conviene mencionar. Vamos más allá, ayudemos a la presidenta a ir más allá, a que poco a poco vaya limpiando la casa de su partido.

Porque si algo ha demostrado esta coyuntura es que el agua no solo es un recurso natural: es un espejo del poder. Y en ese espejo, tarde o temprano, todos terminan reflejados.

Tips al momento

EU tendría en la mira a funcionarios de Chihuahua y el narco

En la reciente columna de Raymundo Riva Palacio para El Financiero del espacio Estrictamente Personal, bajo el título de "La narcopolítica no sólo es morena", menciona que el Departamento de Estado de los Estados Unidos tendría bajo la mira al gobierno de Chihuahua que encabeza Maru Campos.

Riva Palacio realiza una sentencia firme: "La gobernadora Maru Campos no parece haber comprendido los embates estadounidenses contra la narcopolítica, y su falta de ajustes en las áreas judiciales ha creado otra sospecha" y deja en manifiesto que las  investigaciones del gobierno de Estados Unidos contra la narcopolítica han puesto a Chihuahua en el centro de atención, por la supuesta  penetración del crimen organizado en la alta esfera del gobierno estatal.

Refiere que la cancelación de la visa a un alto funcionario de la Fiscalía General del Estado, habría sido parte de las investigaciones que sigue el gobierno estadounidense, que incluso se anticipa que  otro de mayor rango está próximo a perderla.

Según Riva Palacio, cabe la posibilidad de que el gobierno de Donald Trump no se detuviera en revocar la visa de la gobernadora.

Otro de los puntos que aborda son los cambios de la estructura judicial y la sospecha de que dinero ilícito pueda ser inyectado en las campañas para la gubernatura de Chihuahua en 2027.

La molestia de EU y la atención sobre Chihuahua acrecenta al no advertir que no existe cambios en los cargos relevantes, a pesar de presuntas evidencias de vinculación institucional con el crimen organizado.

El gobierno de Estados Unidos cuenta con dos testigos protegidos ante el FBI que detallan el asesinato de cuatro agentes de la Agencia Estatal de Investigación y el delegado del INM en 2022 y que han revelado que existe una abogada de narcos vinculada a un alto funcionario de la fiscalía estatal fue quien puso a los agentes para ser emboscados. Así como  la operación del Cereso número 3 de Ciudad Juárez por  La Línea, que domina aproximadamente el 80% del crimen en el estado y está ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Tras la clasificación de los cárteles como organizaciones terroristas por parte de Trump, ha generado que se confirmen operaciones de contraterrorismo se están manejando desde Fort Bliss en El Paso, bajo la supervisión de Tulsi Gabbard, Directora Nacional de Inteligencia. Participan el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, demostrando que Estados Unidos está eliminando los límites para enfrentar a los cárteles en la frontera, lo que presiona directamente al gobierno de Chihuahua a actuar.

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En la reciente columna de Raymundo Riva Palacio para El Financiero del espacio Estrictamente Personal, bajo el título de "La narcopolítica no sólo es morena", menciona que el Departamento de Estado de los Estados Unidos tendría bajo la mira al gobierno de Chihuahua que encabeza Maru Campos.

Riva Palacio realiza una sentencia firme: "La gobernadora Maru Campos no parece haber comprendido los embates estadounidenses contra la narcopolítica, y su falta de ajustes en las áreas judiciales ha creado otra sospecha" y deja en manifiesto que las  investigaciones del gobierno de Estados Unidos contra la narcopolítica han puesto a Chihuahua en el centro de atención, por la supuesta  penetración del crimen organizado en la alta esfera del gobierno estatal.

Refiere que la cancelación de la visa a un alto funcionario de la Fiscalía General del Estado, habría sido parte de las investigaciones que sigue el gobierno estadounidense, que incluso se anticipa que  otro de mayor rango está próximo a perderla.

Según Riva Palacio, cabe la posibilidad de que el gobierno de Donald Trump no se detuviera en revocar la visa de la gobernadora.

Otro de los puntos que aborda son los cambios de la estructura judicial y la sospecha de que dinero ilícito pueda ser inyectado en las campañas para la gubernatura de Chihuahua en 2027.

La molestia de EU y la atención sobre Chihuahua acrecenta al no advertir que no existe cambios en los cargos relevantes, a pesar de presuntas evidencias de vinculación institucional con el crimen organizado.

El gobierno de Estados Unidos cuenta con dos testigos protegidos ante el FBI que detallan el asesinato de cuatro agentes de la Agencia Estatal de Investigación y el delegado del INM en 2022 y que han revelado que existe una abogada de narcos vinculada a un alto funcionario de la fiscalía estatal fue quien puso a los agentes para ser emboscados. Así como  la operación del Cereso número 3 de Ciudad Juárez por  La Línea, que domina aproximadamente el 80% del crimen en el estado y está ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Tras la clasificación de los cárteles como organizaciones terroristas por parte de Trump, ha generado que se confirmen operaciones de contraterrorismo se están manejando desde Fort Bliss en El Paso, bajo la supervisión de Tulsi Gabbard, Directora Nacional de Inteligencia. Participan el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, demostrando que Estados Unidos está eliminando los límites para enfrentar a los cárteles en la frontera, lo que presiona directamente al gobierno de Chihuahua a actuar.

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