
Cuando la conveniencia política se impone a la razón, el Estado fracasa.
Hace apenas unos días se informó que, una vez más, Chihuahua quedará fuera de los proyectos de inversión hospitalaria del gobierno federal. En otras palabras: las y los chihuahuenses tendremos que seguir esperando por un nuevo hospital.
La situación es crítica. El Hospital General “Morelos” fue construido hace aproximadamente 50 años, cuando la ciudad de Chihuahua tenía una población de apenas 370 mil habitantes. Hoy somos cerca de un millón. Por razones más que evidentes, este hospital ya no es capaz de brindar el servicio mínimo que requieren sus derechohabientes.
-Cuánto tiempo debes esperar para que te asignen una cita médica con un especialista; Cuántas veces te han dicho que no hay medicamentos; Cuántas niñas y niños han tenido que esperar meses para recibir una quimioterapia; Cuántas personas permanecen en los pasillos por falta de camillas; Cuántas vidas se pierden por la falta de personal médico-
Todo esto seguirá ocurriendo mientras el gobierno federal no decida voltear a ver a Chihuahua, dejar de lado los intereses políticos y poner por delante el bienestar social. Resulta más que coincidente que los estados menos beneficiados en materia de salud pública sean aquellos que no están gobernados por MORENA.
Sería bueno que la senadora por Chihuahua, Andrea Chávez, quien en su momento mostró gran preocupación por la salud —y por ello traía sus famosas caravanas médicas, no vaya usted a pensar que era por promoción personalizada—, hoy levantara la voz en la alta tribuna del Senado y exigiera al gobierno federal lo que el estado realmente necesita: un nuevo hospital.
El sistema de salud es uno de los males que más le duelen a México. Si existen tantas deficiencias, tantas carencias, por qué no se asigna un presupuesto mayor a este sector; Será que resulta más rentable, políticamente hablando, destinar la mayor parte del presupuesto a los programas sociales.
Esperemos que, en la discusión del paquete económico para el ejercicio fiscal 2026, las y los legisladores federales de nuestro estado —particularmente quienes pertenecen a MORENA, el partido con mayoría— tengan el valor de moverle aunque sea una coma, pierdan el miedo a disentir del poder y, por una vez, volteen a ver a Chihuahua. ¡Estaremos pendientes!