
Mucho se ha hablado de lo positivo y, sobre todo, de lo negativo de la reforma al Poder Judicial y de su método de elección. Pasada la elección y con la recién tomada protesta, ¿qué podemos esperar de los nuevos juzgadores?
Sin duda, habrá quienes sostengamos la postura de que quienes llegan al Poder Judicial deberían hacerlo por su trayectoria y carrera judicial, no por popularidad o por haber sido incluidos en un “acordeón”. Por otra parte, existen voces, sobre todo desde el oficialismo y sus aliados, comenzando por Morena, que dirán que ahora este poder se conforma con la voluntad del pueblo.
Tras la elección y la toma de protesta, lo único que nos queda es abogar para que los nuevos ministros, magistrados y jueces se conduzcan con estricto apego a la ley y que actúen con ética, imparcialidad y justicia. Sabemos que se percibe una sumisión de la Corte ante el gobierno de Claudia Sheinbaum; sería iluso pensar lo contrario al revisar los perfiles y conocer sus afinidades. Sin embargo, soñar es válido y, por el bien de México y de la división de poderes, deseamos que haya independencia y que este poder siga siendo el fiel de la balanza.
Debemos ser vigilantes de la actuación de jueces y magistrados, porque aún existen mecanismos que permiten a los ciudadanos denunciar y apelar resoluciones que afecten o vulneren los derechos de todas y todos. Abrir el voto a los ciudadanos dio pie a exigir transparencia, un lenguaje claro y mayor apertura. Si se buscó que el Poder Judicial fuera ciudadano, ahora habrá que legitimar esta premisa con hechos.
Aquí es donde la sociedad cobra un papel central. La independencia de los poderes no se garantiza únicamente desde la Constitución o las leyes; también depende de una ciudadanía activa que observe, cuestione y exija rendición de cuentas. El actuar de jueces, magistrados y ministros repercute directamente en la vida cotidiana de las personas, pues de sus resoluciones depende el respeto a nuestras libertades, la protección de nuestros derechos y la certeza jurídica en todos los ámbitos: desde un juicio laboral hasta los grandes temas de constitucionalidad.
Si el Poder Judicial se ha abierto al escrutinio público al someter a elección a sus integrantes, nos corresponde a todos y a todas dar un paso al frente como vigilantes permanentes. Debemos involucrarnos no solo en denunciar posibles abusos o parcialidades, sino también en reconocer y fortalecer aquellas decisiones que consoliden la justicia. La transparencia, la publicación clara de resoluciones y la apertura a la crítica ciudadana deben ser parte del nuevo estándar.
No podemos olvidar que los nuevos integrantes del Poder Judicial llegaron no necesariamente por su capacidad o experiencia, sino en buena medida por simpatías y votos. Esa realidad nos obliga a estar más alerta que nunca, a no dejar que la justicia se convierta en un instrumento político y a defender con firmeza la división de poderes y nuestras instituciones. Morena busca someter al Poder Judicial, pero los ciudadanos tenemos el deber de vigilar, señalar y resistir cualquier intento de debilitar la independencia que garantiza la democracia en México.
Por: Regidora Isela Martínez Díaz
Coordinadora de la Fracción Edilicia del PAN en el Municipio de Chihuahua
Presidenta de la Comisión de Participación Ciudadana