
Respecto a la reforma de Amparo propuesta esta semana, que, paradójicamente, considero que es una “estrategia” el hacerlo durante las fechas patrias, cuando el interés y la atención de la ciudadanía está puesto en las fiestas conmemorativas. El año pasado, 2024, sucedió lo mismo con la reforma al poder judicial; se hace escondido, se presenta a botepronto y se juega con la percepción de la gente.
El mecanismo de Amparo en México es reconocido a nivel internacional. Países de Latinoamérica y de otras regiones del mundo han visto en el modelo mexicano del juicio de amparo un ejemplo para proteger los derechos fundamentales de las personas frente al estado, se ha emulado en otras regiones y se ha copiado dicho mecanismo.
Señalo algo bueno y objetivo; ya se fijó un plazo para dictar sentencia una vez llevada a cabo la audiencia constitucional. Me parece que esto es algo bueno; los juicios normalmente se alargaban por años y años sin tener ningún veredicto. No habrá ya juicios interminables ni que se alarguen por lustros. Aunque, por el otro lado de la moneda, para tener una sentencia lista en 60 días se necesitan muchos conocimientos, preparación y trabajo, lo cual parece un poco ilógico debido a los nuevos juzgadores del Poder Judicial de la Federación; estos mismos se encuentran en una curva de aprendizaje, y ahora, tienen aún más tarea. Hoy hay jueces que necesitan una capacitación o que están nuevos en el trabajo, esa es la realidad.
Desde otro análisis, parece ser que se da más margen de maniobra y mayor capacidad a las autoridades responsables y no al ciudadano; es decir, se ampliaron causales de improcedencia. Se siente como si esta propuesta estuviese dirigida hacia el estado y no al particular/quejoso. Una autoridad se encuentra ahora con la posibilidad de argumentar que se encuentra imposibilitado jurídica o materialmente para no cumplir, esto provoca que las sentencias pierdan peso ante los actos de autoridad.
En un ejemplo de embargo de cuentas bancarias, la suspensión provisional ahora permitiría que “no se congele del todo” tu dinero, por cuestiones como tener que pagar alimentos, pensión, vivienda, lo cual representa una necesidad básica y humana. Aunado a que ahora se tienen 60 días para dictar sentencia, no te dejará tan imposibilitado de subsanar las necesidades básicas.
El amparo electrónico no es algo nuevo que se haya inventado dentro de esta propuesta, ya existía. Sin embargo, señalar y aplaudir que se está buscando reglamentar y perfeccionar este proceso. Acercar ese mismo mecanismo a las personas que se encuentran lejos y que tienen dificultad para presentar la documentación de forma física,
Pienso que la propuesta tiene puntos a favor y en contra. Lo ideal sería incentivar un debate y motivar a que distintos puntos de vista y aristas se conglomeren en una sola propuesta. La prioridad es proteger los derechos reconocidos en nuestra constitución y que el mecanismo siga siendo efectivo para prevenir los actos injustos de autoridad, se debe proteger fundamentalmente que el quejoso no sufra daños en su esfera de derechos constitucionales. Se espera, que el mecanismo del juicio de amparo, no se violente con reformas a modo.