
Según la Real Academia Española la eutanasia es la “intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura”, el término deriva del griego euthanasía qué significa “muerte dulce”, buscando con ella generar el deceso de una persona sin sufrimiento.
Se trata de una práctica médica que acelera la defunción de una persona con el aparente pretexto de evitarle un sufrimiento insoportable, o al menos esa es la justificación que a lo largo de la historia la humanidad ha querido darle al asesinato de una persona con el consentimiento de quién va a morir, o lo que mejor dicho significa: el suicidio asistido.
Debemos hacer una distinción especial entre eutanasia y ortotanasia, la primera tiene que ver con el inducir al suicidio, mientras que la ortotanasia es la muerte natural de un enfermo desahuciado sin someterlo a una prolongación médicamente inútil de su agonía, por ejemplo cuando desconectamos de las máquinas a un enfermo que solo sobrevive por ellas y dejamos que su cuerpo haga el proceso natural.
En México la eutanasia está prohibida.
El artículo 166 Bis de la Ley General de Salud, establece que “queda prohibida, la práctica de la eutanasia,entendida como homicidio por piedad así como el suicidio asistido conforme lo señala el Código PenalFederal, bajo el amparo de esta ley. En tal caso se estará a lo que señalan las disposiciones penalesaplicables.” Por su parte el Código Penal Federal establece en su artículo 312 que “El que prestare auxilio o indujere a otro para que se suicide, será castigado con la pena de uno a cinco años de prisión; si se loprestare hasta el punto de ejecutar él mismo la muerte, la prisión será de cuatro a doce años.” Y el artículo 313 del mismo ordenamiento legal agrava la pena cuando se trata de un menor de edad o persona con enfermedad mental.
Actualmente, se pretende que se autorice la eutanasia en nuestro país bajo el pretexto de que las personas que están padeciendo de enfermedades incurables, con mucho dolor puedan optar porque el Estado las asesine; es interesante que primero que nada quieran trasladar la responsabilidad de arrebatar una vida al Estado, a costa de los impuestos de todos, y a través de ensuciar las manos del personal médico que ha jurado pelear por la vida y no por la muerte de las personas; si tanto dolor padecen y tanto derecho tienen a elegir su fin, ¿porqué hacer o querer obligar a la sociedad y al gobierno a que intervengan en su decisión?. La respuesta es muy sencilla, no se trata del padecimiento de las personas, ni de su falta de coraje para ejecutar estos actos por si mismas, lo que quieren que todos veamos como “bueno”, se trata verdaderamente de seguir fomentando la agenda de muerte en nuestro país. No, el Estado y la sociedad no son responsables ni pueden tomar la responsabilidad de a quien le quitan la vida, independientemente de los motivos que pudieran justificar dicha mediada y de la autorización de quien la perdería, porque eso abre la puerta para entregar la autoridad sobre todos los demás que formamos parte del pueblo so pretextos similares.
Por otra parte, algunos defensores de la eutanasia argumentan que es una forma de evitar el sufrimiento físico, emocional y moral insoportable que acompaña a enfermedades terminales o degenerativas, lo que implica entonces que no hay responsabilidad social y gubernamental para destinar fondos y recursos de cualquier otro tipo para mejorar la medicina del dolor, los cuidados paliativos, o la investigación de medicinas alternativas que curen o alivianen la enfermedad y sus síntomas, pues es más económico enterrar a estos pacientes que procurarles una calidad de vida adecuada en sus últimos momentos.
Debemos tomar en cuenta que las personas que piden la eutanasia, son pacientes que requieren junto con sus familias atención psicológica, tanatológica y espiritual, lo que implica un costo económico para el Estado, pues insisto, es más económico un paciente muerto que uno vivo con demandas emocionales, además de las físicas, y que requiere que el Estado reconozca que el ser humano no solo es mente y cuerpo, sino que hay una parte espiritual que atender y cuidar, que no van a resolver con chamanes, brujos y culto a la santa muerte. La pregunta aquí sería, y si a estos pacientes en etapa terminal les damos mejor calidad de vida con medicamentos y tratamientos integrales que les permitan pasar sus últimos momentos sin dolor ¿el paciente elegiría la eutanasia? No debemos dejar de lado que si las personas se quisieran morir realmente no necesitan de la asistencia o ayuda de nadie, en la mayoría de los casos.
Dicen que con la eutanasia se busca que la muerte no sea un proceso lento y agonizante, sino un final con dignidad, y la pregunta sería ¿y si mejor buscamos una vida digna? Solo que eso implica mayor esfuerzo y más recursos que las autoridades no están dispuestas a emplear.
El discurso es hipócrita y peligroso, porque por un lado nos duele y estamos generando supuestas acciones para evitar que el suicidio siga siendo la tercera causa de muerte en los jóvenes y adolescente de nuestro país, y por otro queremos legalizar el suicidio asistido, con esto seguimos contribuyendo a perder a nuestras generaciones; es por políticas de este tipo y por falta de definición social y falta de visión de nuestro políticos que seguimos sepultando hijos.
La eutanasia o el suicidio asistido, es otra de las formas de exterminio humano que están cobrando la vida de muchas personas en el mundo porque ya no solo se busca que se suiciden con ayuda del Estado quienes tienen alguna enfermedad terminal, sino que ya solamente con tener la mayoría de edad y estar en uso de sus facultades, estamos perdiendo jóvenes en plenitud que en momentos de confusión o depresión acuden a estas prácticas bajo la justificación de ¡“sufrimiento intolerable”!, lo que ha ido en aumento año con año en los países donde la eutanasia esta permitida dada su legalización gradual que cada vez abre más supuestos para justificarla. En datos Publicados por los gobiernos y organizaciones de salud, durante el 2024 y hasta septiembre del año 2025, se estima que alrededor de 35000 a 40000 personas fueron privados la vida a través de la eutanasia, esta estimación considera los principales países donde es legal y reportada oficialmente. De 60 millones de muertes anuales en el mundo, la eutanasia representa menos del 0. 1% en promedio, sin embargo en los países en donde está legalizada las cifras van en aumento preocupante cada año.
La vida es una oportunidad en cualquiera de sus formas, con todo y su dolor, no podemos aspirar a morirnos, nuestra población no puede tener como alternativa la muerte, la muerte no es la solución a nada, la muerte es el fin de las oportunidades, de la esperanza, la vida esta llena de posibilidades.
Cuando decimos que una persona tiene derecho a morir por su padecimiento estamos diciendo que los enfermos mentales, los discapacitados, los pobres, las personas con depresión no deberían estar aquí porque sufren, cuando decimos que una persona tiene derecho a pedir la ayuda para terminar con su vida porque se siente inútil, una carga, estamos diciendo como sociedad que cualquier persona que no nos parezca útil puede ser exterminada, y los criterios objetivos se disuelve en un agujero sin salida de subjetivos absurdos como a los que han llegado en países que permiten estas prácticas de exterminio humano donde jóvenes sanos y fuertes, en edad de procrear, de trabajar, de enriquecer una nación, son llevados al suicidio asistido por falta de proyectos de vida u objetivos de vida que no les estamos enseñando a encontrar para seguir peleando en este hermoso planeta.
La eutanasia es la muestra del fracaso social y médico frente a una sociedad que no atiende los problemas de raíz, que ha dejado de valorar la vida, y un sistema de gobierno que no ve realmente por la salud de su pueblo, y que esta buscando enterrar sus problemas en lugar de prevenirlos o erradicarlos atendiendo a las causas, porque esto es más fácil para todos, eliminar al ser humano en lugar de fomentar mejores condiciones de vida, porque los muertos no se quejan, no discuten, no cuestan.
Vamos México, eres el águila que devora serpientes.