
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La presidenta Claudia Sheinbaum dirigió unas palabras a empresarios que asistieron al Foro Económico Mundial.
Habló del fortalecimiento de la inversión pública, el mercado interno y de la soberanía energética y expresó estar optimista.
“Desde nuestra perspectiva no puede haber prosperidad en un país si no es compartida”, dijo ante empresarios en el Salón Tesorería de Palacio Nacional.
Al darles la bienvenida afirmó: “Hemos construido un plan, le llamamos el Plan México tiene el objetivo de producir más en México para el mercado interno y también para las exportaciones”.
Agregó que su administración busca el “fortalecimiento del mercado interno, aumento de la soberanía alimentaria, aumentar la soberanía energética y fortalecer la inversión pública y la inversión privada”.
En redes sociales también compartió: “Seguimos optimistas sobre el crecimiento económico de nuestro país”.
Con información de: Proceso.

De cara al presupuesto 2026, el tema de las multas de tránsito vuelve a colocarse sobre la mesa, no sólo por las actualizaciones que se prevén en sus montos, sino por la evidente contradicción entre la severidad con que se sanciona al automovilista y la indiferencia con que se atienden las condiciones de las calles.
Mientras el reglamento de Vialidad detalla con precisión sanciones que van desde los 700 hasta casi 5 mil pesos por infracciones como estacionarse en doble fila, no portar llanta de refacción o circular con luces apagadas, los baches, el pavimento levantado y las vialidades sin señalización continúan siendo el verdadero castigo para el ciudadano.
Cada bache representa un daño potencial al vehículo, y sin embargo, no hay mecanismo alguno para que el automovilista recupere el costo de una llanta, un rin o una suspensión dañada por la omisión gubernamental. Las autoridades exigen cumplimiento absoluto al reglamento, pero no ofrecen el mismo rigor cuando se trata de mantener en condiciones adecuadas la infraestructura vial.

De cara al presupuesto 2026, el tema de las multas de tránsito vuelve a colocarse sobre la mesa, no sólo por las actualizaciones que se prevén en sus montos, sino por la evidente contradicción entre la severidad con que se sanciona al automovilista y la indiferencia con que se atienden las condiciones de las calles.
Mientras el reglamento de Vialidad detalla con precisión sanciones que van desde los 700 hasta casi 5 mil pesos por infracciones como estacionarse en doble fila, no portar llanta de refacción o circular con luces apagadas, los baches, el pavimento levantado y las vialidades sin señalización continúan siendo el verdadero castigo para el ciudadano.
Cada bache representa un daño potencial al vehículo, y sin embargo, no hay mecanismo alguno para que el automovilista recupere el costo de una llanta, un rin o una suspensión dañada por la omisión gubernamental. Las autoridades exigen cumplimiento absoluto al reglamento, pero no ofrecen el mismo rigor cuando se trata de mantener en condiciones adecuadas la infraestructura vial.
