
La presidenta Claudia Sheinbaum dedicó esta mañana más de una hora para desprestigiar el movimiento de la Generación Z y de Sombreros Blancos, entre comentarios de la falta de representación de jóvenes en la marcha, y la negación sobre la represión que hubo a asistentes, la presidenta utilizó la mañanera para abordar el tema.
Además de mostrar videos en donde una grupo de personas ataca a un policía, mencionar a personajes políticos como Guadalupe Acosta Naranjo y señalar que fue un movimiento derivado de la Marea Rosa, también utilizó los medios de comunicación afines a la 4T para mencionar las irregularidades de la manifestación en la CDMX.
Habrá que ver cómo reaccionan los integrantes de estos movimientos, los políticos y medios de comunicación señalados por haber organizado y difundido una supuesta “campaña montada”...

La violencia que sacude la zona sur de Chihuahua no sólo deja en evidencia la fuerza y presencia de los grupos criminales: expone, sin maquillaje, la incapacidad o indiferencia del aparato de seguridad estatal y federal para contener una crisis que ya desborda carreteras, ciudades y hasta eventos públicos.
El ataque en el carril de carreras Santa Teresa, donde presuntos líderes criminales se encontraban conviviendo a plena luz del día, sin ser detectados, vigilados o siquiera incomodados por autoridad alguna, no es un hecho aislado, es un síntoma. Y uno muy grave.
Porque mientras los gobiernos presumen estrategias en coordinación, mesas de seguridad y cifras maquilladas, en el terreno real lo que se observa es otra cosa.
Grupos armados moviéndose con libertad en ciudades y carreteras, organizando eventos, reuniéndose y operando frente a la ciudadanía sin que las fuerzas del orden aparezcan ni por error.
¿En dónde estaban las corporaciones encargadas de perseguir a quienes, según ellas mismas, son prioridad en la agenda de seguridad?
Lo ocurrido evidencia que ni el Estado ni la Federación son capaces de cumplir lo mínimo que exige su responsabilidad: inhibir, vigilar y responder ante la presencia abierta de células criminales que afectan la economía, la tranquilidad y hasta la vida cotidiana de los pueblos y ciudades del sur, centro, norte y prácticamente todo el estado.
Mientras los ciudadanos viven entre carreteras tomadas por los criminales, pueblos en tensión y hallazgos violentos, robos de vehículos, los gobiernos parecen limitados a emitir comunicados tibios y operativos reactivos que llegan siempre después.
En una región que ha pedido auxilio durante años, esta nueva oleada de violencia confirma lo que todos sabían pero pocos se atrevían a decir en voz alta:
el Estado está ausente. Y cuando el Estado no ocupa su lugar, alguien más lo ocupa.
¿Las mesas de seguridad cada lunes con los tres niveles de Gobierno están fallando o solo son simulaciones?

Fue tema nacional la masacre de 11 personas durante una carrera de caballos en el Carril de Carreras Santa Teresa, en Parral, Chihuahua.
Este domingo la cifera creció apersonas muertas y varias lesionadas.
Mientras se transmitía en vivo la carrera a través de la página oficial del carril, se escuchan los disparos y gritos de los asistentes
Abieron fuego contra las personas con un “cuerno de chivo”.
La carretera Parral-Jiménez quedó cerrada en ambos sentidos la tarde del sábado.