
Recientemente tuve la oportunidad de escuchar una excelente conferencia dictada vía zoom por el Dr. Rodrigo Ruiz Velazco Barba, especializado en historia de México, escritor e investigador de Nivel 1 del SNI (Sistema Nacional de Investigadores del CONAHCYT), quien generosamente nos regaló su tiempo y puso a nuestra disposición sus conocimientos, impartiendo el tema de "El Cristianismo del Siglo Primero" una Mirada desde la Era Postcristiana en un Clima Político y Social Hostil. Sirva esta columna para que por mi conducto los miembros de Poder Ciudadano Mandante, S.C. expresemos nuevamente nuestra gratitud al Dr. Rodrigo Ruiz Velazco Barba por apoyar la labor que conjuntamente hacemos buscando apoyar a la ciudadanía para que cada vez haya más mexicanos que desarrollemos conjuntamente una mayor capacidad de juicio crítico. Este es el camino de empoderarnos sobre la clase política y también este es un deber ineludible, pues mientras no cumplamos con esta obligación de conocimiento, de formación y de acción nunca construiremos un México justo y en armonía, en el que todos tengamos oportunidad de crecer integralmente.
Es difícil separar de las ideas contenidas en mi columna las valiosas enseñanzas logradas en la conferencia, por lo que les pido que lean el texto con el criterio de que refleja parcialmente lo aprendido (parcialmente porque no abarca toda la riqueza de información e interpretación de la historia que se nos fue compartida) o que fue reubicado en mi intelecto para hacerlo parte de una nueva ventana para mirar y proyectar a los demás mis conocimientos con un nuevo enfoque.
En el proyecto original de la creación, se anota en el libro del Génesis que "Dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.......: macho y hembra los creó". Este texto identifica al hombre con la humanidad, porque puntualiza que el hombre es macho y es hembra, o sea que el texto al decir hombre no se refiere al género masculino y por lo tanto se refiere a la humanidad. Es importante destacar que tanto al macho como a la hembra los ubica en la misma categoría y que ambos somos imagen de Dios. No hay ninguna exclusión de nadie y es importante destacar que se trata de la humanidad (toda la humanidad, desde el principio de la creación hasta el final de los tiempos, pues cada vez que una persona es concebida en el vientre de su madre ES CREADA POR DIOS, pues antes de la concepción no existía).
Sin embargo, el hombre a consecuencia del pecado original, está centrado en si mismo (machos y hembras) y según su inteligencia, su ingenio particular, su entorno de vida, etc., unos van destacando más que otros y los van subordinando a sus intereses y es así como nacieron la diferencias artificiales que las personas y grupos homogéneos de personas crean las diferencias con otros grupos. Entran intereses por sus particulares percepciones en sus concepciones religiosas, políticas, económicas, culturales, ideológicas, de dominación entre dominantes y dominados, antropológicas, etc.
Por las razones anteriores, en la conferencia pude ver con nuevo criterio las diferencias existentes en el pueblo judío de la época de Jesús, como los sacerdotes, los fariseos, los saduceos, los zelotes, los esenios y otros grupos dentro de la organización social de los judíos, además de la gran masa del pueblo que no se identificaba con ninguno de ellos, debiendo mencionar también a los galileos que según entiendo eran considerados como lo más rústico de entre los judíos (analfabetas) y los samaritanos repudiados como lo peor de lo peor.
Por su parte, estaban los extranjeros, los romanos que dominaban y que usaban a los reyes judíos en turno para mantener sojuzgados a sus pueblos y otros inmigrantes menores procedentes de países vecinos.
Con toda esta variedad de grupos que defendían sus privilegios tuvo que relacionarse el Señor Jesús y por supuesto la Iglesia Primitiva del primer siglo, experimentando una gran resistencia para propagarse y llevar la noticia del Evangelio cada vez a más personas. Debo mencionar que si la palabra y la argumentación convence, el ejemplo arrastra y la sangre de los mártires fue semilla y riego para la propagación del cristianismo.
El Imperio Romano inició en el año 64 la primera persecución masiva de cristianos que fueron masacrados convirtiéndolos en antorchas humeantes, alimento para las fieras, ejecutados de diversas formas salvajes, etc. Todo ello afectó también a la Iglesia Primitiva.
Cómo al principio la propagación del Evangelio se dio entre los judíos, ya que los apóstoles también eran judíos, surgió Saulo de Tarzo que los vió como un peligro para la pureza de las creencias y tradiciones del pueblo de Israel, además de que los veía como herejes contra el culto a Dios según lo concebía el pueblo de Israel y una amenaza contra la firmeza de su fe. Tal vez está posición de Saulo expresa inseguridad en sus propias creencias y por eso las defendía hasta sus últimas consecuencias. El caso es que los persiguió, participó en el asesinato del diácono Esteban que fue apedreado hasta la muerte. Saulo era temido por los judíos, pero por un encuentro en una visión con el Resucitado que le salió a su paso y lo derribó del caballo, tuvo una conversión determinante, supo ver en ese evento la luz que se negaba a aceptar, se volvió activo propagador de la fe cristiana y empezó a evangelizar a los gentiles o paganos, lo que generó una controversia entre los cristianos que aún se apegaban a las costumbres judías exigiendo que los nuevos conversos se circuncidaran. El conflicto tomó relevancia y para resolverlo se celebró el primer concilio de la Iglesia naciente (el Concilio de Jerusalén), resolviendo que no era necesaria la circuncisión, pero que debían llevar una vida conforme a las enseñanzas apostolicas.
En cuanto a la conducta de los romanos de perseguir a los cristianos, en el primer siglo después de Cristo se presentaron sendas epidemias, una de viruela y otra de sarampión que causaron una grave mortandad entre los contagiados, lo que ocurrió con menor virulencia entre los cristianos que iniciaron una cultura de servicio, cooperación y solidaridad entre todos, esto derivado de vivir las enseñanzas evangélicas. El libro de los Hechos de los Apóstoles narra que sus bienes todos los ponían a disposición de los demás y todo se repartía conforme a las necesidades de cada familia y cada persona, proceder que también fue práctica cuando las epidemias, de modo que todos cuidaban de todos. Como resultado los contagios entre los cristianos fueron mucho menores y eso fue interpretado como un milagro, lo que contribuyó a impulsar las conversiones al cristianismo.
Todo lo narrado hasta aquí muestra que la sociedad original cuando la creación, en la que no había diferencias ni exclusiones, evolucionó a una sociedad que marca diferencia entre grupos, las que favorecen la preeminencia de algunos sobre otros, dándose la exclusión y el descarte.
En medio de estos contrastes irrumpió el cristianismo con una visión diametralmente opuesta a los paradigmas en uso en las sociedades de los diferentes pueblos. San Pablo escribió sus epístolas más o menos de los años 60 a 70 después de Cristo (cartas apostolicas de enseñanza a las comunidades primitivas inspiradas por el Espíritu Santo y acordes a las palabras de Jesús). Para propósitos de esta columna y de las conclusiones derivadas de la conferencia quiero destacar lo mencionado por San Pablo en la carta a los Gálatas (3, 28): "Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, porque todos sois uno en Cristo Jesús". Este texto nos remite al inicio de la creación en el que "macho y hembra" son la humanidad y lo que enseña es que todos gozan de la misma dignidad inalienable. El cristianismo, independientemente de las concepciones religiosas, reconoce e introduce el concepto de igual dignidad del hombre y de la mujer, que los pone por encima de la creación, siendo base para el reconocimiento de los derechos humanos.
La Iglesia Primitiva nos enseña que el reconocimiento de esa dignidad es fundamento para la justicia social, para la solidaridad y para la subsidiariedad, la cual en todo momento podemos y debemos invocar. Todo ciudadano tiene el deber de ser activista y actor en la defensa de la dignidad de cada uno y de la dignidad de los grupos vulnerables, sólo así podremos avanzar en la justicia social.
Otro aspecto importantísimo que los evangelios y la Iglesia Primitiva aportan a nuestra sociedad de todos los tiempos y que adquiere especial relevancia actual es la presentación de Dios hecho hombre íntimamente cercano a todos, que se duele con nuestro pecado, que nos busca para ayudarnos a la conversión y todo lo que enseña la Iglesia Católica. De esta manera, con la experiencia de vida de la Iglesia Primitiva vemos un cambio de la concepción de Dios que fue capaz y lo ha sido a lo largo de la historia, de dar mártires y santos extraordinarios a lo largo de la historia del cristianismo. Indudablemente la Iglesia Primitiva nos ha dejado una gran herencia perdurable a través de las generaciones hasta el fin de los tiempos y debemos recoger y defender está herencia. Ninguna religión nos muestra a Dios tan cercano a los hombres, un Dios que reviste a los sacerdotes del poder que sólo puede provenir de Él para perdonar los pecados, para convertir el vino en su sangre y el pan en su cuerpo para darnos su divinidad en prenda para que con su Gracia vivamos superando nuestros pecados y podamos vivir conforme al proyecto divino. Ningún Dios, más que el verdadero que adoramos los católicos (que formamos la Iglesia Universal) da a los sacerdotes (que asumen su persona en la impartición de los sacramentos) el poder de hacer presente el mismísimo sacrificio que padeció en la cruz y su resurrección para que todos en todo tiempo y lugar podamos ser participes de su pasión muerte y resurrección. Y este Dios que se nos ha revelado es puro amor, no confrontación ni establece diferencias entre nosotros, es el que fue anunciado por la Iglesia Primitiva y es el único que ha tranformado millones de corazones para propagarlo, porque propagamos la conjugación del verbo Amar en todas sus formas y tiempos. Bendito sea Dios y bendita sea la Iglesia Primitiva que nos ha dejado un ejemplo inigualable para toda la historia de la humanidad.
Gracias Dr. Rodrigo Ruiz Velazco Barba por tu conferencia y por abrirnos una nueva ventana para mirar a través de ella otras imágenes de las aportaciones de la Iglesia Primitiva y por darnos nuevas herramientas para seguir siendo ciudadanos en busca del poder que nos han arrebatado los políticos.
Poder Ciudadano Mandante, S.C.
Jorge Luis Vargas Romero
Consejero General Nacional