Cártel del Noreste reparte juguetes bélicos a niños en Nuevo León; detienen a presuntos integrantesPiden empresarios investigar accidente de Tren Interoceánico ya que es relativamente nuevoPropone Arturo Zubía obligar a los municipios acompañar a los estudiantes hasta la conclusión de educación secundariaMemo Ramírez en contra del adoctrinamiento ideológico en la educación básicaTren Interoceánico registró al menos otros dos siniestros en el primer semestre de 2025Chihuahua debe exijir la remoción del “comunista trasnochado” Marx Arriaga: Propone Francisco SánchezCambio en el gabinete de Sheinbaum: Miguel Torruco será subsecretario de Prevención de la SSPCMarx Arriaga lleva a la educación de la niñez a "lo más oscuro": Iniciativa CiudadanaEl Mundial no será accesible para los mexicanos pero generará derrama económica por extranjeros: CCE“Ya cuando se descarrile va a ser otro pedo”; resurge la conversación entre Salazar Beltrán y Olán sobre tren InteroceánicoExige Sheinbaum que la Fiscalía de Veracruz aclare caso de periodista asegurado por delito de terrorismoPRI propone detener y auditar las obras ferroviarias vinculadas a los hijos de AMLO tras descarrilamiento del Tren Interoceánico que dejó 13 muertosNiega Sheinbaum rebelión de Arriaga contra Delgado; asegura que es normal que existan “debates” internosIdentifican a joven asesinado en ataque armado en la colonia División del Norte: tenía 18 añosRealiza Gobernación Estatal 210 inspecciones y clausura 4 establecimientos durante la última semana
Ejecutómetro: 3317
Dólar: 18.78 MXN
10°

Manual breve para despedir un año sin hacerse trampa

Queridos y queridas:

Ha llegado la fecha. Sí, esa fecha donde decimos que se nos fue el año. Una frase sencilla, casi automática, para explicar que este 2025 ya está empacando maletas.

Y no es cualquier cosa. Porque el cierre de un año, más que calendario, es creencia. Es ese impulso casi infantil —pero profundamente humano— de pensar que podemos resetearnos, como si el alma tuviera botón de reinicio.

El año nuevo es un amanecer. Pero no uno cualquiera.

Es como el amanecer de Punta Sur, en Isla Mujeres, donde los primeros rayos del sol tocan a México. Un amanecer que no grita ni promete, pero que cobija. Que abriga. Que abraza. Y que, sin decir nada, nos permite creer que todo es posible otra vez.

Que lo que hicimos mal —o lo que no hicimos pensando— no es una condena eterna, sino una invitación a replantearnos. Algo así como borrón y cuenta nueva.

Es como si la energía suprema en la que cada quien cree nos dijera: ok, ya. Ven, inténtalo de nuevo. Como si nos disculpara los atropellos del 2025 y nos entregará una moneda limpia para comenzar un nuevo cuento.

Yo deseo que este 2026 sea abundante para ustedes.

Y ojo: aquí no vamos a hablar de abundancia cliché, porque aquí no hay cosas típicas.

Que sea abundante el trabajo —y sí, bien remunerado—.

Que sea abundante el amor, del que da paz.

Que sea abundante la salud, la física y la emocional.

Que sea abundante la creatividad.

Que sea abundante de buenos corazones alrededor.

Que sea abundante la mesa del hogar.

Que sea abundante en los proyectos de nuestros hijos.

Que sea abundante de claridad, en las palabras y en las acciones.

Que sea abundante en nuestras propias metas.

Por eso, antes de abrazar al 2026, hay que despedir bien al 2025. Y ahí entran los rituales. No como superstición barata, sino como actos simbólicos: pequeños acuerdos con la esperanza.

Aquí van algunos. Con historia, con sentido… y con un poco de humor, porque también hay que reírnos de nosotros mismos.

***

El papel que se quema (o se entierra)

Viene de rituales antiguos de purificación: celtas, andinos, gente que entendía que cerrar ciclos no era drama, era sabiduría.

Escribes en un papel lo que ya no quieres cargar: culpas, miedos, relaciones que ya caducaron, versiones tuyas que ya no te quedan. Luego lo quemas (si eres intensa) o lo entierras en una maceta (si eres más zen).

Aquí no se trata de desaparecer el pasado, sino de dejar de arrastrarlo.

***

El objeto guardián

Antes los amuletos no se compraban, se elegían.

Puede ser una piedra, un anillo, una semilla. Algo pequeño. Lo tomas, le asignas una intención clara y lo guardas contigo.

No es magia: es memoria. Es recordarte quién decidiste ser este año.

***

El primer gesto del año

Esto viene de rituales japoneses: el primer acto marca el tono.

Abraza, ora, escribe, ríe, respira profundo. Pero decide. No empieces el año en automático.

Porque el año no se recibe: se elige.

***

Barrer hacia afuera

Ritual chino y muy latino.

El 31 se barre de adentro hacia afuera. El 1 de enero no se toca la escoba.

Porque una cosa es sacar lo que ya no sirve y otra muy distinta es barrer lo bueno.

***

Comer algo redondo

Las culturas mediterráneas creían que lo circular protege.

Pan, uvas, una moneda de chocolate, una naranja.

Que el año tenga ciclos, sí. Pero no rupturas.

***

Un minuto de silencio

Antes del brindis o después de las uvas.

Un minuto para agradecer lo vivido. Incluso lo que dolió.

Porque no todo lo que duele fue inútil.

***

Nombrar el año

Ponle nombre al 2026.

El año de la calma.
El año del orden.
El año de volver a mí.

Cuando nombras, diriges.

***

Y ahora, lo personal.

Yo hago pocos rituales, pero los hago con convicción.
Las uvas no pueden faltar, aunque me atragante en el intento y siempre haya una que se me atraviese. Pongo las maletas en la puerta de la entrada, porque no quiero dejar de viajar nunca —ni por fuera ni por dentro—. Y siempre, siempre hago oración.

Agradezco todo. Lo blanco y lo negro. Lo que dolió y lo que salvó. Porque todo eso, sin excepción, me ha hecho ser quien soy.

Y es que sí: los rituales forman parte de nuestras tradiciones. Nos dan sentido, nos anclan, nos recuerdan que no estamos improvisando del todo. Pero tampoco nos engañemos: nada en la vida es completamente azaroso.

Y sí… hagamos rituales.
Con uvas, lentejas, velas, calzones estratégicamente cromáticos y esa fe que solemos desempolvar en fechas importantes. Porque la tradición también es juego, memoria y un discreto coqueteo con el destino.


Pero no nos confundamos.

La vida no es azarosa.

Ya me lo dijo Armando —y no falla—: si parece pato, hace como pato y camina como pato… no es señal del universo, es un pato.

Así que menos simbolismo improvisado y más comprensión básica de la realidad.

Pongámonos serios… sin perder el encanto.

Planifiquemos. Enfoquémonos. Dejemos de pedirle al universo cosas que ni siquiera estamos dispuestos a trabajar o a sostener. Porque la manifestación sin acción es solo pensamiento positivo con pereza.

Creer en rituales no está peleado con la claridad. La fe tampoco está peleada con la responsabilidad.

Y como lo he dicho antes —y lo sostengo—, a veces hasta el árbol genealógico se poda.

Ahora imagínense lo que podemos hacer con nuestros círculos afectivos.

No por desprecio, no por rencor, no por drama… sino por salud.

Porque querer bonito también implica saber cortar.

Que todo lo que sume, llegue.

Que todo lo que estanque, no se arrastre.

Que las amistades de esas que no te sueltan se queden bien enraizadas.

Y que las nuevas, si llegan, sean un remanso. Un lugar donde descansar, no donde defenderse.

Así que sí: hagamos rituales, pongamos intención, prendamos velas, comamos uvas, riámonos cuando se nos caen las lentejas.

Pero al día siguiente… actuemos.

Pongámosle ímpetu a la vida.

Con humor fino, criterio propio y una irreverencia bien educada.

Porque la vida —aunque a veces se crea trascendental— es breve y no admite ensayos infinitos.

Y ya que estamos aquí…

vivámosla despiertos, ligeros, un poquito insolentes

y profundamente vivos.

Que este año 2026 no te pase… que lo habites.

Por, Jessica Valdez.

Tips al momento

La Marina cierra el año bajo luto y constantes tragedias

La Secretaría de Marina, que alguna vez fue una de las instituciones con mayor prestigio en el país, hoy termina el año bajo tragedia y el escrutinio público, luego del descarrilamiento del tren interoceánico.

No es "una rachita", sino que han sido varias las consecuencias de la política de improvisación y sobrecarga de funciones que ha desvirtuado la naturaleza de la dependencia.

Hay que recordar el choque del Buque Escuela Cuauhtémoc contra el puente de Brooklyn, que cobró la vida de un cadete y un marinero, o el desplome de un avión de la Armada en Galveston, Texas, durante una misión humanitaria, con un saldo de seis fallecidos.

A esto se le suma el escándalo del "huachicol fiscal" que involucra directamente a los sobrinos políticos del almirante José Rafael Ojeda Durán.

El descarrilamiento del Tren Interoceánico, que dejó 13 muertos y casi un centenar de heridos.

En esta improvisación resuena la ocurrencia de poner a los expertos en barcos la operación de trenes.

Tras esta tragedia se encuentran los señalamientos de materiales defectuosos por parte del Grupo Ferrocarrilero del Sureste y el reciclaje de dos trenes obsoletos de Puebla no fueron accidentes, sino negligencias.

Incluyendo la mezcla de balasto de mala calidad y la participación de Gonzalo López Beltrán, hijo del expresidente, como "supervisor" de las tareas junto a la Marina, confesa por el propio AMLO.

Con familias en luto, la Marina solo queda en ridículo, sometida a intereses personales y de negocios del gobierno de la 4T.

 


Embajador de EU lamenta muertes por descarrilamiento del tren Interoceánico


El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, expresó sus “más sinceras condolencias” a las familias de las víctimas del descarrilamiento del tren  Interoceánico en Oaxaca.

A través de su cuenta en X, Ronald Johnson comentó "Expresamos nuestras más sinceras condolencias a las familias y seres queridos de quienes perdieron la vida en el reciente accidente ferroviario en Oaxaca. Nuestros pensamientos y oraciones también están con las personas lesionadas y con todos los afectados".

Tips al momento

La Marina cierra el año bajo luto y constantes tragedias

La Secretaría de Marina, que alguna vez fue una de las instituciones con mayor prestigio en el país, hoy termina el año bajo tragedia y el escrutinio público, luego del descarrilamiento del tren interoceánico.

No es "una rachita", sino que han sido varias las consecuencias de la política de improvisación y sobrecarga de funciones que ha desvirtuado la naturaleza de la dependencia.

Hay que recordar el choque del Buque Escuela Cuauhtémoc contra el puente de Brooklyn, que cobró la vida de un cadete y un marinero, o el desplome de un avión de la Armada en Galveston, Texas, durante una misión humanitaria, con un saldo de seis fallecidos.

A esto se le suma el escándalo del "huachicol fiscal" que involucra directamente a los sobrinos políticos del almirante José Rafael Ojeda Durán.

El descarrilamiento del Tren Interoceánico, que dejó 13 muertos y casi un centenar de heridos.

En esta improvisación resuena la ocurrencia de poner a los expertos en barcos la operación de trenes.

Tras esta tragedia se encuentran los señalamientos de materiales defectuosos por parte del Grupo Ferrocarrilero del Sureste y el reciclaje de dos trenes obsoletos de Puebla no fueron accidentes, sino negligencias.

Incluyendo la mezcla de balasto de mala calidad y la participación de Gonzalo López Beltrán, hijo del expresidente, como "supervisor" de las tareas junto a la Marina, confesa por el propio AMLO.

Con familias en luto, la Marina solo queda en ridículo, sometida a intereses personales y de negocios del gobierno de la 4T.

 


Embajador de EU lamenta muertes por descarrilamiento del tren Interoceánico


El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, expresó sus “más sinceras condolencias” a las familias de las víctimas del descarrilamiento del tren  Interoceánico en Oaxaca.

A través de su cuenta en X, Ronald Johnson comentó "Expresamos nuestras más sinceras condolencias a las familias y seres queridos de quienes perdieron la vida en el reciente accidente ferroviario en Oaxaca. Nuestros pensamientos y oraciones también están con las personas lesionadas y con todos los afectados".

Notas recientes