La planificación familiar, es un tema que cobró relevancia en nuestro país a partir de la década de los 70, en la que se adoptaron disposiciones para controlar la expansión demográfica. Posteriormente en los 80, los esfuerzos se encaminaron a erradicar la muerte materna y fue hasta los 90 que se integró a las y los adolescentes como población objetivo [1].
De esta manera, se comenzaron a identificar los problemas específicos que experimentan las y los adolescentes en materia de salud sexual y reproductiva, tales como las enfermedades de transmisión sexual y el embarazo adolescente (EA) [2].
En consecuencia, desde 1994 que se lanzó uno de los primeros programas “de atención a la salud integral a los adolescentes, con énfasis en salud reproductiva” [2], a la fecha, el Estado ha buscado a través del derecho, proteger y garantizar los derechos sexuales y reproductivos, para lo cual ha constituido un entramado jurídico e institucional y ha adoptado compromisos internacionales para disminuir y erradicar la fecundidad en la adolescencia, a manera enunciativa se pueden mencionar:
Para efectos de análisis, centraré mi atención en la ENAPEA, por tratarse de la primer política dirigida a prevenir el EA en país, la cual ha implicado la inversión de una serie de elementos, tales como recursos humanos y públicos, con un solo objetivo: erradicar para el 2030 el embarazo entre mujeres de 10 a 14 años, y reducirlo en un 50% entre mujeres de 15 a 19 años.
Sin embargo, a cuatro años aproximadamente de su implementación, las cifras, al menos las establecidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), no son muy alentadoras, ya que en 2018 registró en el grupo de 15 a 19 años, un índice de EA de 77 nacimientos por cada 1000 adolescentes.
En los últimos 20 años, la tasa de EA en el país ha oscilado entre el 16% y 19% [3], asimismo, el 13% de embarazos atendidos en los hospitales es de menores de 19 años. Por su parte la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2012 informó que del total de las mujeres adolescentes entre 12 y 19 años de edad que han tenido relaciones sexuales, la mitad (51.9%) ha estado alguna vez embarazada, de las cuales 2 de cada 10 lo han estado en más de una ocasión [4].
De continuar esta tendencia, la meta del ENAPEA no se logrará y solo se reducirá el EA en un 3% [5].
¿A qué obedece esta situación? ¿cuáles son los elementos que deben integrarse en la política de prevención para asegurar la garantía efectiva de los derechos sexuales y reproductivos de las personas adolescentes? ¿dónde se concentra el problema? ¿en la configuración de las normas, en las instituciones que intervienen o en ambos?
Ante estas inquietudes sería relevante identificar la forma en como el derecho ha incorporado y respondido a los hallazgos que sobre el tema, han realizado otras disciplinas como la sociología, la antropología o la psicología, ésta última por ejemplo, explica a la maternidad como un deseo insertado en la subjetividad femenina y advierte sobre los efectos que la interiorización de un modelo tradicional de masculinidad, tiene en la vida de los hombres y sus decisiones en este ámbito.
Por otro otro lado, cabe el cuestionarse si la ausencia de los enfoques interseccional, de género y de derechos humanos en las diversas políticas de planificación familiar que hasta antes de la ENAPEA se habían establecido, ha sido uno de las causas que han obstaculizado la solución efectiva al EA, lo anterior considerando el hecho de que se tomaron medidas cuando la tasa de fecundidad adolescente, había alcanzado las cifras más altas en Latinoamérica.
Fuentes
[1] Gobierno de la República (2015) “Estrategia Nacional para la Prevención de Embarazo Adolescente”, pp. 45 y 46.
[2] Juárez, Fátima, & Gayet, Cecilia (2005), “Salud sexual y reproductiva de los adolescentes en México: un nuevo marco de análisis para la evaluación y diseño de políticas”, Papeles de población, p. 199. Recuperado en 25 de septiembre de 2019, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252005000300008&lng=es&tlng=es.
[3] A.M. Mora Cancino y M. Hernández Valencia , Embarazo en la adolescencia: cómo ocurre en la sociedad actual, Perinatología y reporudcción humana
[4] Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), 2012.
[5] Data Lab (2018) Políticas públicas para reducir el embarazo adolescente en México