La presidenta Claudia Sheinbaum justificó este miércoles el beso que le dio en la mano ayer, durante su ceremonia de investidura, al senador del Partido Verde, Manuel Velasco.
En su primera conferencia matutina, Sheinbaum afirmó que el legislador le beso la mano antes e hizo esto como un acto de “reciprocidad”.
“Yo acostumbro a que si llegan a darme un beso en la mano, yo regreso el beso”, dijo ante la pregunta de la prensa.
Y afirmó que es una práctica que ha realizado desde su campaña presidencial y “desde hace mucho tiempo”.
“Fue eso sencillamente me besó en una mano, regresé, algo natural y de reciprocidad”, añadió.
El beso recibió críticas por el pasado político de Velasco, quien fue gobernador de Chiapas.
La imagen causó polémica en redes sociales durante la tarde de este martes, a los comentarios se sumó la senadora Lilly Téllez, quien acuso que este fue un acto de "reverencia".
"Nunca se agachen ante nadie, no besen manos sucias, no hagan reverencia a los corruptos (...) esa presidenta agachada besando la corrupción, no nos representa", escribió en una publicación en X.
Con información de Latinus
Mientras Andrés Manuel López Obrador insistió que el huachicol se había erradicado, los datos más recientes del gobierno de la 4T cuentan una historia muy diferente.
Son cerca de 70 millones de litros asegurados en solo nueve meses del actual gobierno de Claudia Sheinbaum, que comparados con los 50 millones incautados en todo el sexenio de AMLO, muestra que el delito nunca desapareció, sino que va en aumento.
Esto ya no sólo genera especulaciones ante la inacción o simulación, sino que podría estarse preparando un nuevo negocio de corrupción tras los más de cien carro-tanques de huachicol que se movían por el país, y la refinería clandestina en Veracruz.
Mientras Andrés Manuel López Obrador insistió que el huachicol se había erradicado, los datos más recientes del gobierno de la 4T cuentan una historia muy diferente.
Son cerca de 70 millones de litros asegurados en solo nueve meses del actual gobierno de Claudia Sheinbaum, que comparados con los 50 millones incautados en todo el sexenio de AMLO, muestra que el delito nunca desapareció, sino que va en aumento.
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