El fraude del fraude

Colaboración especial / Carlos Borruel

En algún momento de mi vida, abrí la puerta de mi hogar a un joven que lucia honesto y trabajador, amigo de un yerno y de una de mis hijas.

Con el tiempo me propuso hacer en conjunto un proyecto de construcción. Le confíe parte de mis ahorros y todo terminó en un espantoso fraude cuya historia aún no termina después de siete años.

A partir de mi caso, me enteré que la misma persona había defraudado a viudas, recién pensionados a los que pedía sus retiros, empresarios ferreteros y varios particulares.

Todos fracasaron en el intento por recuperar su capital. Después de mucho tiempo, las autoridades concluían que su caso era de carácter civil y no penal como lo planteaban y terminaron por desistir.

En lo particular insistí.

Libré el criterio equivocado de algunos juzgadores como el de una juez de apellido Berjes que concluyó que mi caso era civil y no fraude.

Un Magistrado, experto ese sí en Derecho, enderezó el caso, definió que era penal e inició el juicio…y siguió el calvario.

La juez vinculó a proceso a la persona y este se amparó.

Meses después se confirma la vinculación, inicia el juicio, se le declara culpable, lo sentencian a seis años de prisión. Elacusado apela ante un Magistrado local.

Al paso de los meses, el Supremo Tribunal de Justicia confirma la sentencia; el responsable solicita un amparo indirecto y meses después la decisión es similar; el acusado insiste y presenta otro amparo directo; medio año después se decreta que la sentencia queda firme y sucede algo vergonzoso, ingenuo e increíble de creer:

Conforme a derecho y en protección a los derechos de los delincuentes, al sentenciado se le advierte que tiene cinco días para presentarse al CERESO de Chihuahua para internarse de manera voluntaria.

El sujeto con toda seguridad soltó una carcajada, festejó con algunos amigos durante unos días y al quinto simple y sencillamente desapareció de la ciudad.

Pasaron otros dos años sin que esta persona fuera detenida; en ese tiempo defraudó a otras familias.

Después de 24 meses de búsqueda tuve la fortuna de localizar un funcionario en la ciudad de México que previó oficio de colaboración de la Fiscalía local, me apoyó y con tecnología de punta localizó al defraudador en ¡40 minutos¡

Ese mismo día, 9 de mayo de 2025, se le traslado de la ciudad de México a Chihuahua donde hoy purga su condena. A la fecha no paga pero está a buen resguardo para que no robe a más ciudadanos.

Mis conclusiones.

-Las víctimas de fraude terminan siendo defraudados por el esquema legal e institucional; el 95 por ciento de los fraudes no se castigan.

-Jueces puristas que prefieren decir que todo es civil, a pesar de jurisprudencia que dice lo contrario, que estudiar a fondo el asunto y hacer justicia a la víctima.

-Un andamiaje legal que protege en demasía a los delincuentes, lleno de amparos y con disposiciones ridículas como invitar cordialmente al delincuente a internarse por sí solo en la Penitenciaría Estatal.

-En el caso del fraude jamás se le pide al presunto depositar la reparación del daño(el dinero que se robó) y mientras sigue su camino alejado de la ley.

-Diputados mas preocupados en decir malas palabras, insultarse entre ellos, expresar frases rimbombantes odescalificar a quien es gobierno u oposición, en lugar de centrarse en analizar y mejorar leyes en protección a sus representados.

Mientras esto continúe, la delincuencia irá a la alza al igual que la desconfianza en las instituciones y el daño a millones de ciudadanos que diariamente ven en su ciudad, estado y país, como se vulnera su persona, su seguridad y su patrimonio.

 

 

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