
Las políticas estadounidenses cuando los republicanos gobiernan son por tradición intervencionistas, Irán, Irak, Libia, Panamá, Haití con invasiones e infinidad de países han sido señalados como “non gratos” por presuntamente atentar contra la libertad. Esto le ha dado a los estadounidenses una muy personal patente de corso para hacer lo que les dé su regalada gana. Y recientemente la prueba la estamos experimentando en México en donde las ordenanzas de Donald Trump son obedecidas al pie de la letra, el mecanismo infalible cuando se tiene la cola muy larga es recibir presiones no tan solo arancelarias, sino amenazas claras de tener o acotar con toda la información para dejarte sin medio gabinete y las presiones son tantas y las pruebas contundentes que le estamos diciendo “yes sr” a cuanta cosa se le ocurra al tío Sam.
México simplemente acata las ordenanzas, no busca aclarar o intentar darle vuelta a la hoja y con supuestas negociaciones, cantamos victoria por las constantes prórrogas a la implementación de los mentados aranceles. Por citar otro ejemplo, es el desinterés de nuestro gobierno por el tema del cierre de las fronteras por el gusano barrenador, pero eso sí se redujo el flujo de migrantes hacia los estados unidos y el ahora extraño desinterés de los grupos delincuenciales por sacarle provecho a la extorsión de migrantes.
Pero aún vemos como los estadounidenses nos solicitan extraditar capos, alegando que operan desde las prisiones, tema que es real, pero se los mandamos sin decir ni pío. Mensajes directos de que los gringos ya tienen en la mira a varios políticos de peso no nos extraña, pero son mensajes que llevan el propósito de poner entre la espada y la pared al gobierno mexicano y desafortunadamente la población tan solo acepta y aplaude diciendo, que se los lleven. Ahora la nueva amenaza de intervenir el país para desmantelar los carteles de la droga, ahora tipificados como terroristas es real, muy real en esta y validada patente de corso que ejercen sobre nuestro país.
Lo curioso es que la gran mayoría acepta esta amenaza, con tal de que la violencia se reduzca y los carteles de las drogas sean diluidos. Podrán ser operativos coordinados si aceptamos presiones, ingreso de “touch and go” en incursiones específicas para detener a A o B capo. La realidad es que todos queremos eso y si es necesario les cedemos el control de la frontera norte o has la operación de Mexicana de Aviación o el tren Maya le entregamos, todo en aras de evitar la quemada de ver a tu gabinete vulnerado y por ende peligrar el proyecto de la 4T. Recordemos cómo los Estados Unidos operaron en Colombia al eliminar a Pablo Escobar, neutralizar a los Ochoa y a neutralizar al cartel de Medellín o al de Cali y desmantelar los conflictos internos con el sicariato, los ataques a la población, los bombazos.
Pero estas acciones si bien acabaron con enfrentamientos, con pugnas y rivalidades, eliminó de las calles los enfrentamientos, se acabaron las cabezas, los líderes ostentosos, se desmitificaron los carteles, pero hasta la fecha la producción de cocaína continúa enviando sus cargamentos a los estados unidos, la única diferencia es que ahora los que hacen los envíos son empresarios de cuello blanco. Será este el fin de esta nueva estrategia de un país que cuenta con 60 millones de adictos y no acepta su realidad… Así las cosas.
Federico Guevara Ramos