Recupero de “Variables” del 15 de agosto de 2019 la sugerencia bibliográfica que presenté, porque me da pié a comentarios sobre la coyuntura de crisis en México por la Pandemia de COVID-19 y sus efectos en la economía y la población:
“Es oportuna y viene al caso, la recomendación de un libro, cuya lectura será de utilidad a todos los interesados en ampliar su conocimiento sobre planteamientos para el combate a la desigualdad social y el mejoramiento del bienestar de todos los individuos de una sociedad.
Este libro tiene la virtud de servir por igual para ampliar sus conocimientos de la realidad social en el mundo y afianzar o ajustar sus ideas, a quienes ven con preocupación sincera los problemas de la pobreza, la desigualdad y la falta de libertades que se presentan en todos los países, aún los más ricos y prósperos del planeta; sin importar si su enfoque es conservador o liberal, de centro-derecha o centro-izquierda.
El libro se denomina:
“INGRESO BASICO”.
Una propuesta radical para una sociedad libre y una economía sensata.
Sus autores:
PHILLIPE VAN PARIJS
Y YANNICK VANDERBURGHT.
De la Editorial:
GRANO DE SAL
El texto desarrolla un planteamiento teórico en el que los autores actualizan una idea que se ha manejado en diferentes momentos desde mucho tiempo atrás. Es un modelo económico de “Ingreso Básico Universal”, que ha despertado un creciente interés en grupos sociales y políticos de muchos países, sobre todo del mundo subdesarrollado.
El planteamiento es general pero va dirigido más a los países de África, Asia y Latinoamérica; que en México ha sido y es –en los últimos años- sobre todo ahora, tema de debate y polémica por cuanto a su viabilidad y pertinencia como un método para reducir la pobreza extrema y la crónica desigualdad y marginación de grandes sectores de la población; pero que en realidad va más allá, como un planteamiento de igualación social.
El “Ingreso Básico Universal” (IBU) es diferente a los planes y programas de subsidios dirigidos sólo a los pobres; que se plantea como un plan de ingreso (como su nombre lo dice) para todos los miembros de una sociedad. No es un programa de “Asistencia Social” o de Seguridad Social”, dirigido por sí, sólo a sectores sociales específicos, pero no plantea la eliminación de estos; es una base económica sobre la cual todos puedan tener garantizada no solo la subsistencia, sino la construcción de su proyecto de vida y realización en la sociedad.
Entre las muchas interrogantes que genera esta propuesta están las de:
¿Cuáles serían las formas de financiamiento?
(v.g el impuesto negativo sobre la Renta?)
¿Es una idea viable o utópica?
¿Es progresista o retrógrada?
¿Es regalar dinero o aplicar piso parejo para la vida de cada individuo?
¿Es populista o neo-liberal?
En suma es un libro motivante, digno de lectura y reflexión”.
Primeramente, permítaseme agregar dos interrogantes a las “que Planteé al final de la citada sugerencia bibliográfica, con la opinión personal para cada una:
Sin entrar en un análisis conceptual amplio, creo que el populismo es inherente al ejercicio de los gobiernos, sean de izquierda, “de centro” o derecha; de diferentes maneras y en diferente medida.
Por cuanto a los gobernantes y funcionarios, podría decirse entre broma y serio, usando una expresión conocida; que solo hay dos tipos de “populistas”: Los que son y los que lo niegan.
Entro al tema mencionando dos referentes que se han difundido en los meses recientes sobre “El Ingreso Básico universal”.
Pero también en el plano internacional, la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) una de las 5 Comisiones Regionales de la ONU (Naciones Unidas) recientemente y ante la emergencia mundial por el Corona Virus, planteó avanzar hacia un Ingreso Básico para ayudar a la población más vulnerable a superar los efectos de la misma.
Así, Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, en informe presentado formalmente, propone: “….que los gobiernos (latinoamericanos) garanticen Transferencias Monetarias Temporales Inmediatas para satisfacer necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares, lo que sería crucial para lograr una reactivación sólida y relativamente rápida. Además, en el largo plazo, el organismo reitera que el alcance de esas transferencias (monetarias) debe ser permanente, IR MAS ALLÁ de las personas en situación de pobreza y llegar a amplios estratos de la población MUY VULNERABLES a caer en ella, lo que permitiría avanzar hacia un INGRESO BÁSICO UNIVERSAL, para asegurar el derecho básico a la sobrevivencia.”
Esto se dió en la presentación el martes 12 de mayo de 2020 de el Informe Especial COVID-19 No. 3, titulado “El desafío social en tiempo de COVID-19.
Es importante destacar el párrafo, donde la CEPAL propone “La entrega de un Ingreso Básico de Emergencia (IBE) equivalente a una línea de pobreza (Costo Por Cápita de adquirir una canasta básica de alimentos y (cubrir) otras necesidades básicas) durante seis meses a toda la población en situación de pobreza en 2020.”
Hay también una declaración de la Directora de la CEPAL a un periódico alemán (DEUTSCHE WELLE) que amplía comentarios al respecto y de la cual transcribimos una parte:
Periódico: En el Informe Ustedes (CEPAL) plantean la medida de la Renta Básica de Emergencia como un firme paso que “permitirá avanzar hacia un Ingreso Básico Universal”.
A.BARCENA: “Claro que estamos proponiendo que este Ingreso Básico de Emergencia se convierta luego en universal, estamos dando escenarios. Si fueran equivalentes a una línea de pobreza, estamos hablando de 140 dólares al mes, tampoco es así una cosa terrible….”
“….pero sí requiere lo mismo para realmente dar y tomaren serio esta especie de seguro social para el futuro. Ese es el tema de fondo”. “Nosotros hemos venido trabajando en este tema desde hace mucho tiempo, escuchando también las limitaciones que hay para hacerlo universal de una sola vez, eso lo vemos difícil por ahora. Pero desde luego para las familias más pobres, por ahora nos parece superimportante.
Periódico: ¿Cómo valora que la Renta Básica tenga cada vez más defensores, también desde ámbitos incluso neo-liberales.
A.BARCENA: “Hoy por fin estamos oyendo a MACRON (FRANCIA) y a gente que nunca hubiéramos pensado, que están apoyando estas medidas sociales fundamentales que son sin duda de subsistencia y de mínimos para un futuro más igualitario, y yo diría, mas sostenible también. Porque no podemos volver a lo de antes. Tenemos que hacer un BUILD BACK BETTER. O sea, cómo regresamos mejor a una sociedad mas inclusiva, mas igualitaria y sobre todo mas sostenible ambientalmente….”
“Incluso en Alemania 20 Asociaciones han pedido un Ingreso Básico Incondicional, que verdaderamente le dé a las personas un cierto grado de emancipación. Que no tengan que tener la lucha, en América Latina y en Europa también, por la subsistencia”.
Es deseable que en México se tomaran en cuenta y tuvieran eco en los sectores público, privado y social, las opiniones y propuestas que desde el nivel internacional y dentro de nuestro propio país, abonan alternativas de medidas y programas que pueden ser complementarias de las acciones en marcha implementadas por los niveles de gobierno a partir del Ejecutivo Federal, sobre la base de darles viabilidad y gradualidad adecuadas.
Sea por el camino de medidas equivalentes a las que se reseñan y con el carácter y temporalidad que sean factibles, pero también con la urgencia de cubrir huecos de cobertura de apoyo a la población, puedan considerarse de MANERA INCLUYENTE no solo para la población en situación de pobreza, sino para la población en general (Sector Laboral, Clases Medias Populares y MiPyMEs) en situación vulnerable y de riesgo muy probable de tránsito a la pobreza, por las condiciones y falta de ingresos derivadas de la suspensión de actividades económicas y Cuarentena convertida en semáforos.
Ahí está también el Seguro de Desempleo como un instrumento factible de aplicación que podría considerarse a través de un programa emergente de carácter temporal y aplicación urgente (¿6 meses?).
Por definición, el Seguro de Desempleo es la prestación de un ingreso monetario temporal y periódico por el Estado a los trabajadores que pierdan su empleo o caen en cesantía durante un lapso de tiempo.
En México existen modalidades de apoyos oficiales a los trabajadores desocupados o sin trabajo, a través de préstamos o devolución parcial de fondos de ahorro o cuentas de aportaciones del trabajador (como en INFONAVIT o SAR), pero no son propiamente un Seguro de Desempleo; este no existe como tal en nuestro país con carácter nacional, como si existe en otro países de Latino América (Ej. Argentina).
Si un ingreso Básico Universal temporal se ve inviable, la alternativa aplicable podría ser un “Seguro de Desempleo Temporal” con la denominación que lo hiciera factible igualmente para su aplicación inmediata, que además de trabajadores formales o independientes considerara a dueños de MiPyMEs como trabajadores de su propio negocio.
Ni modo, no hay que bajar la guardia ante la Pandemia.