La casa donde nació Adolf Hitler en 1889, situada en la pequeña ciudad austriaca de Braunau am Inn, acogerá cursillos de formación avanzada para policías con seminarios sobre derechos humanos, lo que pone fin a una larga discusión sobre el uso de este controvertido edificio, vacío desde 2011, indica el diario local Der Standard.
Hitler nació en una habitación alquilada en el tercer piso del inmueble, donde pasó varios meses. Durante mucho tiempo, la casa de Braunau am Inn, a 60 kilómetros al norte de Salzburgo, fue un lugar de culto para neonazis durante el III Reich. Sin embargo, en 2016, el Gobierno confiscó el edificio a su propietaria a cambio de una indemnización, según The Guardian.
Tras la nacionalización del edificio, se generó un debate en la opinión pública en torno al futuro de este edificio del siglo XVII. Hubo quienes propusieron demoler la casa, otros abrir un centro de acogida de refugiados el incluso quienes preferían verlo convertido en un museo dedicado a la liberación de Austria del nazismo. Finalmente, el edificio fue entregado a la Policía y será remodelado en otoño.
El Ministerio del Interior tiene previsto convertir la casa en una comisaría. Allí se ubicará la Inspección de Policía de Braunau y la Jefatura de Policía del Distrito, si bien una encuesta reciente entre realizada el millar de habitantes de la ciudad reflejó que la mayoría estaba en contra de habilitar allí un local policial.
Según los promotores de la idea, la superficie total de la casa bastará para ofrecer clases de formación en derechos humanos a los agentes de Policía de toda Austria. Se prevé que la casa se inaugure como comisaría y centro de formación en 2026.
Según el historiador Oliver Rathkolb, de esta forma se trata de "romper" el "valor de reconocimiento y el atractivo" de la casa como eventual destino turístico para neonazis y simpatizantes de la extrema derecha.
Con información de actualidad.rt.com
El intento de desaparecer los Órganos Públicos Locales Electorales, incluidos los tribunales electorales estatales, y centralizar la organización de todos los comicios en el INE y los temas jurídicos a los tribunales federales, no es un tema que deba abordarse con ocurrencia, sino con mucho cálculo político y principalmente económico.
El INE, se sustenta con recursos del presupuesto nacional y los OPLEs, como el Instituto Estatal Electoral de Chihuahua, dependen de los presupuestos públicos locales para operar.
En 2021, el IEE de Chihuahua manejó un presupuesto de 457 millones 629 mil pesos para organizar las elecciones de ese año, incluyendo innovaciones como el voto chihuahuense en el extranjero y la implementación del PREP-Casilla. Para la elección judicial 2025, se autorizó una ampliación presupuestal para el IEE de 328 millones de pesos.
Si los OPLEs desaparecen, por qué los estados, que ahora financian sus propios procesos, tendrían que aportar recursos al INE, es muy absurdo pensar que los gobiernos locales aceptarían sin chistar la cantidad solicitada por una autoridad nacional, sin voz ni voto en la administración de esos fondos.
La centralización, aunque pueda prometer una aparente simplificación, corre el riesgo de despojar a los estados de una parte fundamental de su autonomía, y responsabilidad democrática.
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