Espejismo: el peso mexicano fuerte; consumo que debilita nuestra fuerza exportadora

César De la Garza Licón
César De la Garza Licón
Cesardelagarzalicon@gmail.com

Durante el año que está por concluir se ha observado un deslizamiento sostenido a la baja en la paridad peso–dólar. En enero de 2025, el tipo de cambio se ubicaba alrededor de 20.40 pesos por dólar y, hacia el cierre de diciembre, se sitúa en aproximadamente 17.90.

El gobierno de la Cuarta Transformación presenta este comportamiento como un logro, atribuyéndolo a la estabilidad macroeconómica y la confianza de los inversionistas, destacando los flujos de inversión extranjera directa. Sin embargo, esta lectura está lejos de reflejar la realidad completa.

También es entendible que exista comodidad entre empresarios, comerciantes y consumidores al contar con un “dólar barato”. La apreciación del peso abarata las importaciones, incentiva el consumo y genera una percepción de fortaleza económica que contribuye, al menos a corto plazo, a la estabilidad financiera. Empero, esta es solo una cara de la moneda.

México con una moneda apreciada, debilitara uno de sus principales motores de crecimiento: las exportaciones. Según cifras recientes, nuestro país se mantiene como el principal socio comercial de Estados Unidos, con exportaciones que superan a Canadá, China y Japón.

Si el peso continúa fortaleciéndose, las empresas exportadoras recibirán menores ingresos en moneda nacional, reduciendo márgenes de ganancia y competitividad. Este efecto hace vulnerables a sectores agroindustriales, como los productores de limón y aguacate en Michoacán, o de manzana y nuez en regiones clave de Chihuahua, como Cuauhtémoc y Delicias, donde la exportación es fundamental para el empleo y la economía local.

Asimismo, el sector exportador representado por las empresas IMMEX y su cadena de proveeduría se vería presionado, enfrentando mayores costos relativos frente a sus competidores internacionales. Esto podría poner en riesgo el empleo, con un impacto directo en ciudades como Tijuana, Matamoros y Ciudad Juárez, altamente dependientes de la industria manufacturera de exportación.

A este escenario se sumaría una menor captación de ingresos por turismo y una reducción en el poder adquisitivo de las remesas, afectando a millones de familias mexicanas que dependen de estos ingresos para su consumo.

Resulta discutible atribuir la fortaleza del peso exclusivamente a la credibilidad o al manejo económico del gobierno actual. En mayor medida, esta apreciación responde a factores externos, como la debilidad del dólar estadounidense derivada de los recortes a la tasa de interés de la Reserva Federal previstos para 2025 y 2026, ajustes en el comercio internacional (aranceles), menor generación de empleo en Estados Unidos y posibles estrategias para atraer inversión extranjera al sector manufacturero estadounidense.

Ante el riesgo de afectar las exportaciones mexicanas resulta indispensable una política cambiaria y monetaria prudente y coordinada. Un peso fuerte puede ser una buena noticia para el consumo a corto plazo, pero sin una visión de largo plazo, corre el riesgo de convertirse en un espejismo que debilite aún más la competitividad, el empleo y el crecimiento económico del país.

Por: Lic. César de la Garza Licón
cesardelagarzalicon@gmail.com

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La Marina cierra el año bajo luto y constantes tragedias

La Secretaría de Marina, que alguna vez fue una de las instituciones con mayor prestigio en el país, hoy termina el año bajo tragedia y el escrutinio público, luego del descarrilamiento del tren interoceánico.

No es "una rachita", sino que han sido varias las consecuencias de la política de improvisación y sobrecarga de funciones que ha desvirtuado la naturaleza de la dependencia.

Hay que recordar el choque del Buque Escuela Cuauhtémoc contra el puente de Brooklyn, que cobró la vida de un cadete y un marinero, o el desplome de un avión de la Armada en Galveston, Texas, durante una misión humanitaria, con un saldo de seis fallecidos.

A esto se le suma el escándalo del "huachicol fiscal" que involucra directamente a los sobrinos políticos del almirante José Rafael Ojeda Durán.

El descarrilamiento del Tren Interoceánico, que dejó 13 muertos y casi un centenar de heridos.

En esta improvisación resuena la ocurrencia de poner a los expertos en barcos la operación de trenes.

Tras esta tragedia se encuentran los señalamientos de materiales defectuosos por parte del Grupo Ferrocarrilero del Sureste y el reciclaje de dos trenes obsoletos de Puebla no fueron accidentes, sino negligencias.

Incluyendo la mezcla de balasto de mala calidad y la participación de Gonzalo López Beltrán, hijo del expresidente, como "supervisor" de las tareas junto a la Marina, confesa por el propio AMLO.

Con familias en luto, la Marina solo queda en ridículo, sometida a intereses personales y de negocios del gobierno de la 4T.

 


Embajador de EU lamenta muertes por descarrilamiento del tren Interoceánico


El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, expresó sus “más sinceras condolencias” a las familias de las víctimas del descarrilamiento del tren  Interoceánico en Oaxaca.

A través de su cuenta en X, Ronald Johnson comentó "Expresamos nuestras más sinceras condolencias a las familias y seres queridos de quienes perdieron la vida en el reciente accidente ferroviario en Oaxaca. Nuestros pensamientos y oraciones también están con las personas lesionadas y con todos los afectados".

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