vBnc1LPUna celebridad de TikTok indonesia ha sido acusada de presunta blasfemia el pasado jueves después de que publicara un video en el que comía cerdo deliberadamente, a pesar de ser musulmana, recogen medios locales.vBnc1LP Omnia.com.mx
vBnc1LP"En el nombre de Alá [...] tengo curiosidad por la piel de cerdo, así que hoy estoy violando los pilares de los seis principios básicos del Islam", se escucha decir a Lina Mukherjee, citada por South China Morning Post, en la grabación publicada en redes. "Me da escalofríos", agregó.vBnc1LP Omnia.com.mx
vBnc1LPLuego de probar, la bloguera, de 32 años, hizo una mueca y dijo que la piel de cerdo tenía gusto a "carne de res seca" y que no era "tan buena como decían todos". Al final de la grabación se disculpó con su familia y dijo que lo había hecho "solo por el contenido". El suceso provocó conmoción entre los usuarios y líderes religiosos, uno de los cuales denunció a la mujer. vBnc1LP Omnia.com.mx
vBnc1LPPor su parte, la acusada, que asegura haber comido carne de cerdo dos veces sin darse cuenta, se justificó al expresar que estaba siendo honesta en contraste con otros pecados que cometen los humanos.vBnc1LP Omnia.com.mx
vBnc1LP"Los humanos somos pecadores, nada es sagrado en este mundo", dijo la mujer y agregó que líderes religiosos también habían cometido pecados. Sin embargo, posteriormente se disculpó con el público y la Policía de Indonesia.vBnc1LP Omnia.com.mx
vBnc1LPDe acuerdo con las autoridades, citadas por los medios, la tiktokera fue acusada, pero no arrestada porque sufre gastritis.vBnc1LP Omnia.com.mx
vBnc1LPCon información de actualidad.rt.comvBnc1LP Omnia.com.mx
El intento de desaparecer los Órganos Públicos Locales Electorales, incluidos los tribunales electorales estatales, y centralizar la organización de todos los comicios en el INE y los temas jurídicos a los tribunales federales, no es un tema que deba abordarse con ocurrencia, sino con mucho cálculo político y principalmente económico.
El INE, se sustenta con recursos del presupuesto nacional y los OPLEs, como el Instituto Estatal Electoral de Chihuahua, dependen de los presupuestos públicos locales para operar.
En 2021, el IEE de Chihuahua manejó un presupuesto de 457 millones 629 mil pesos para organizar las elecciones de ese año, incluyendo innovaciones como el voto chihuahuense en el extranjero y la implementación del PREP-Casilla. Para la elección judicial 2025, se autorizó una ampliación presupuestal para el IEE de 328 millones de pesos.
Si los OPLEs desaparecen, por qué los estados, que ahora financian sus propios procesos, tendrían que aportar recursos al INE, es muy absurdo pensar que los gobiernos locales aceptarían sin chistar la cantidad solicitada por una autoridad nacional, sin voz ni voto en la administración de esos fondos.
La centralización, aunque pueda prometer una aparente simplificación, corre el riesgo de despojar a los estados de una parte fundamental de su autonomía, y responsabilidad democrática.
El intento de desaparecer los Órganos Públicos Locales Electorales, incluidos los tribunales electorales estatales, y centralizar la organización de todos los comicios en el INE y los temas jurídicos a los tribunales federales, no es un tema que deba abordarse con ocurrencia, sino con mucho cálculo político y principalmente económico.
El INE, se sustenta con recursos del presupuesto nacional y los OPLEs, como el Instituto Estatal Electoral de Chihuahua, dependen de los presupuestos públicos locales para operar.
En 2021, el IEE de Chihuahua manejó un presupuesto de 457 millones 629 mil pesos para organizar las elecciones de ese año, incluyendo innovaciones como el voto chihuahuense en el extranjero y la implementación del PREP-Casilla. Para la elección judicial 2025, se autorizó una ampliación presupuestal para el IEE de 328 millones de pesos.
Si los OPLEs desaparecen, por qué los estados, que ahora financian sus propios procesos, tendrían que aportar recursos al INE, es muy absurdo pensar que los gobiernos locales aceptarían sin chistar la cantidad solicitada por una autoridad nacional, sin voz ni voto en la administración de esos fondos.
La centralización, aunque pueda prometer una aparente simplificación, corre el riesgo de despojar a los estados de una parte fundamental de su autonomía, y responsabilidad democrática.