- Ciudadanía, autoridades y organizaciones civiles suman esfuerzos para transformar áreas comunes con limpieza, pintura y reforestación
A fin de revitalizar los espacios públicos y fortalecer la convivencia, la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana, de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), la asociación Paz y Convivencia Ciudadana, y vecinos de la colonia Martín López, realizaron la recuperación de espacios.
La actividad se realizó en la intersección de calle Oriente y calle 112 A, para rescatar zonas urbanas mediante acciones concretas como limpieza de áreas comunes, pintado de mobiliario urbano y reforestación de espacios verdes.
Estas labores no solo mejorarán el entorno físico, sino que también promoverán la cohesión social al incentivar el trabajo colaborativo entre los habitantes del lugar.
La recuperación de espacios públicos es fundamental para prevenir situaciones de riesgo y construir mejores comunidades, así como la convivencia de las familias en un lugar más limpio y seguro, en el cual se refuerza el sentido de pertenencia.
El evento forma parte de una estrategia para fomentar la participación ciudadana en temas de seguridad y bienestar colectivo.
Las redes vecinales de la Colonia Martín López han sido clave en la organización, lo que demuestra que el trabajo conjunto entre autoridades y sociedad civil puede generar cambios.
Esta iniciativa de la SSPE refleja un modelo replicable para otras colonias, donde la unión comunitaria y la corresponsabilidad son pilares para transformar entornos urbanos en lugares seguros y dignos.
El intento de desaparecer los Órganos Públicos Locales Electorales, incluidos los tribunales electorales estatales, y centralizar la organización de todos los comicios en el INE y los temas jurídicos a los tribunales federales, no es un tema que deba abordarse con ocurrencia, sino con mucho cálculo político y principalmente económico.
El INE, se sustenta con recursos del presupuesto nacional y los OPLEs, como el Instituto Estatal Electoral de Chihuahua, dependen de los presupuestos públicos locales para operar.
En 2021, el IEE de Chihuahua manejó un presupuesto de 457 millones 629 mil pesos para organizar las elecciones de ese año, incluyendo innovaciones como el voto chihuahuense en el extranjero y la implementación del PREP-Casilla. Para la elección judicial 2025, se autorizó una ampliación presupuestal para el IEE de 328 millones de pesos.
Si los OPLEs desaparecen, por qué los estados, que ahora financian sus propios procesos, tendrían que aportar recursos al INE, es muy absurdo pensar que los gobiernos locales aceptarían sin chistar la cantidad solicitada por una autoridad nacional, sin voz ni voto en la administración de esos fondos.
La centralización, aunque pueda prometer una aparente simplificación, corre el riesgo de despojar a los estados de una parte fundamental de su autonomía, y responsabilidad democrática.
El intento de desaparecer los Órganos Públicos Locales Electorales, incluidos los tribunales electorales estatales, y centralizar la organización de todos los comicios en el INE y los temas jurídicos a los tribunales federales, no es un tema que deba abordarse con ocurrencia, sino con mucho cálculo político y principalmente económico.
El INE, se sustenta con recursos del presupuesto nacional y los OPLEs, como el Instituto Estatal Electoral de Chihuahua, dependen de los presupuestos públicos locales para operar.
En 2021, el IEE de Chihuahua manejó un presupuesto de 457 millones 629 mil pesos para organizar las elecciones de ese año, incluyendo innovaciones como el voto chihuahuense en el extranjero y la implementación del PREP-Casilla. Para la elección judicial 2025, se autorizó una ampliación presupuestal para el IEE de 328 millones de pesos.
Si los OPLEs desaparecen, por qué los estados, que ahora financian sus propios procesos, tendrían que aportar recursos al INE, es muy absurdo pensar que los gobiernos locales aceptarían sin chistar la cantidad solicitada por una autoridad nacional, sin voz ni voto en la administración de esos fondos.
La centralización, aunque pueda prometer una aparente simplificación, corre el riesgo de despojar a los estados de una parte fundamental de su autonomía, y responsabilidad democrática.